Julian, no es muy conocido. Se dedica a analizar todo lo que es expulsado y arrojado a nuestra inmediata realidad para ser deglutido.
Si nos aparecen seres que nos ofrecen elaboraciones que nos permiten ir a un gimnasio como antes se iba a los bares; todo esto ocurrió hasta que descubrimos que la razón egocéntrica que te da el alcohol es la misma que te devuelve el espejo después de, ahora si, haberte vuelto "fit" y aceptable para la sociedad.
Macias Tóvar, a veces, ejerce como periodista, de esos de ni de aquí, ni de allí, que no me gusta mucho, pero seguro que eso es una apreciación muy personal. Él tiene un compromiso muy grande con su honestidad para indagar lo que existe detrás de una noticia.
Toca diferentes temas y eso hace que en días como ayer te queden las ganas de saber algo más. Así que coges La Base America Latina, con su presentadora, huida de nuestro calor para recibir la calidez en México, esa misma que negué a una joven pareja, padres de dos alumnos, que esperaron con paciencia que mi tozudez se rompiera. Muchos, muchos años después, aquellos dos peques tendrán sus parejas y cruzaron los charcos, ojala que también el de romper la soberbia, que es lo que fue mi envolverme en unas páginas que ahora no sería capaz de leer.
Hablan de unas convocatorias de manifestaciones que se producirán en la capital, la hace una supuesta asociación de la generación Z. El equipo de La Base rompen ese relato, detrás de esa supuesta marcha está la derecha mexicana que ha perdido el relato y que manda a sus ex presidentes, corruptos a pastar y medrar por la ciudad propia a sus desmanes, Madrid.
Sientes una cierta pena cuando hablas con gente, implicada en lo social, con ideas parecidas que no conoce a Laura Arroyo y sus conclusiones finales en el Tablero o a Inna, que cruzó "el charco", como diría Gardel, para destrozar los mensajes que nos tratan de colar aquel periódico que sirvió de excusa para seguir siendo obtuso, "El País".
Parece como se tuviera que bloquear a quien va más allá de una queja rotunda,; pero eso "queja" al fin y al cabo, que desde el otro lado se tapa cuando se escupe la última barrabasada de la que su traje y sus corbatas no les exime.
Julian, igual despluma toda la algarabía que se ha montado para tapar las más grandes barbaridades que se han cometido en los últimos tiempos en España, Dana, 7291, mentiras del 11M, como se va a Argentina y busca la realidad de quienes están detrás de la llegada de un bufón al gobierno; que es lo mismo que en su amo del Norte.
La riqueza, en una democracia, necesita al ser más abyecto, al más histrión para reírse de quienes le siguen.
En una dictadura, a quienes no se someten, o se dedican a servir, se les hace helar su sangre.
En México, las mañaneras de AMLO rompió el relato que se impone desde arriba.
Aquí, Pablo Iglesias lo ha comprendido muy bien; pero la potencia de los medios establecidos es tan grande que le han demonizado ante gente, incluso como Max Pradera que tiene un espectáculo con 10 canciones representativas de la llamada Transición española.
Todo lo que huela a sus planteamientos, si tiene el encabezado de su nombre, ya se evita.
Mientras, en nuestros día a día, van sucediendo hechos narrados y explicados por su Canal Red, o ahora, en las tertulias de TVE; habló de lawfare y de justicia que tiene sus raíces hundidas en un franquismo que impuso su forma de llegar a su poder.
Las empresas, algunas nacidas en la dictadura y difuminadas con otros nombres en la democracia siguen recibiendo sobrecostes que ayudan a financiar esas televisiones, radio y periódicos que crean relatos de conformismo, incluso entre los más rebeldes.
Y sí, está luego, estas imágenes de un agitador extremista, con mensajes huecos, que no tiene personas, como España, grandeza y otras simplezas, que se va saltando todos los permisos con la aquiescencia de una policía a la que necesitaríamos comprender en que se creen que se ven representados, por ese provocador y quienes pueden ser sus hijos futuros que tendrían la oportunidad de formarse en universidades públicas, que nunca serán las actuales academias, que convierten en universidades privadas, para que titulen incluso los que necesitan hablar con pinganillos para que sus discursos tengan una cierta coherencia.
No derruir lo que significó Carabanchel, porque esos descampados son donde tratan de volver a edificar sus relatos quienes lo han impuesto desde a golpes de sentencia o a porrazos, como los contemplados sobre aquel de entonces, que siempre está, que son los importantes, que hoy organiza un viaje a Medinaceli para repudiar una tortura sobre el toro. Como si al dolor, se le tuviera que celebrar infringiéndole sobre los de hoy.
Una parábola sobre la permanencia de lo que una vez se impuso sobre el daño al diferente, para celebrar la brutalidad.
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