miércoles, marzo 05, 2025

Robert, el censor

 Mira que conozco a  personas llamadas Roberto, Robert, o algo parecido.

   Algunos te pintan lo que se les pongan por delante y con eso ayudan a ganar hasta Goyas a los directores de un corto; "las semillas de Chivu. Es un honor, a mi, lo mismo ni me conoce, ese es el problema que tenemos los "nadies".

   A otros Robert, nos los cruzamos muy de tiempo en decena de años, pero nos tenemos un aprecio; a su familia, también.

   El problema es cuando me planto y digo conozco a un Roberto, él, seguro que a mí no, y mira que hemos corrido y necesitamos hacerlo con el paso de los años. Pero nada, que en esas carreras multitudinarias, no nos vimos y desde hace un periodo muy grande, imposible, no se corren.

   En ese punto en común, pensaba que mucho más frecuente que los vínculos con los anteriores, pensaba haber encontrado otro; el de las coincidencias en visiones de la sociedad.

    Tuvo recorrido visibilizado él; la otra persona, como un buen "don nadie" siempre uno se alejó de esas cosas.

     Los últimos tiempos, con las fotos de Roberto con sus buenas marcas atléticas, has imaginado otra foto con algunos de su último logro obtenido:

      El cartel de Roberto "el censor"

      Acude a un programa de televisión que como bien dijo Willy Toledo, tiene un director de acuerdo a lo que pretenden sus pagadores. Patético, no el día que mando callar a Irene Moreno, aunque está no lo hiciera y él quedará retratado; no infame, lo fue, cuando al día siguiente llevó a la directora de otro programa que era interpelada por diferentes actos corruptos. Se rieron y se dieron placer televisivo a costa de su acto "voyeur" de la impotencia por contestar de la otra, censurada.

      A Roberto, ese televisivo Risto, no le va a cortar, va a hablar de otros compañeros, tertulianos, también. 

       Le suelta la espita y para adelante, con la inmutable efigie y el gozo profundo de fondo; y lo suelta, sin que le dé vergüenza que se le haya caído el respeto por si mismo.

      El censor Roberto dice que a la televisión pública no deben ir ni Laura Arroyo, ni Manu Levin, ni, por supuesto, el ogro Pablo Iglesias. 

      No parece comprender que a una Silvia Intxaurrondo, incorruptible, se le ha ocurrido llevarles porque el razonamiento de sus posiciones son, ante todo, honestos, con los actos que comentan. 

      Sabe, porque las carreras de maratón, en contra de opiniones un tanto estúpidas, no quita el oxígeno en los cerebros, que otros compañeras que lleva Silvia a su programa si que cumplen con el argumentario de partidos con más visibilidad mediática. Ellos, Laura, Manu, Pablo y más que pudieran ir, con sus posible errores, pero con una capacidad de análisis brillante destapa bajezas que se admiten que articulen la sociedad.

      Roberto el censor, va a un programa que mandó callar a Irene y claro, ante esa perspectiva se vino arriba y proclamó Risto Méjide, tú eres un flojo. Proclamó

      Yo, Roberto Sotomayor soy más censor que tú

                 Quiero eliminar la participación de una brillante Laura; de un Manu, corredor de fondo y de un Pablo, consecuente en la televisión...... Broncano dixit

                Española

           Acaba con el sueño húmedo, que le obliga a cambiar su calzón para salir a correr y sentirse dios, y en eso, volvemos a coincidir por las sendas de la tierra, que siempre serán paralelas para no cruzarnos, existen desvergüenzas que no se deben admitir a la hora de relacionarse.

       

     

     

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