Encuentra el navegante los vientos que transportan "days like this"; la voz de Van Morrison amanece entre las tinieblas de días sin aprendizajes y búsquedas.
Atemperan y modelan saxofonistas el viento rebelde para domar la nave en medio de las olas de estos tiempos.
Somos una flota a merced de los seres desquiciados que han decidido palmear las aguas con la violenta inconsciencia de su codicia, emergiendo como néptunos airados, dioses sin fin.
Han encontrado a capitanes borrachos de si mismos capaces de enfilar sus marinos hacía acantilados donde deshacer la humanidad en tiritas a salar, mientras aúllan por las heridas.
Foghorns alimentan destellos a las vez que fauces insaciables les lanzan dentelladas porque las cadenas que les asen les ofrecen a esos haces de luz como crujientes alimentos y calmarán la agitada sangre que babosean con caricias rasposas de bestias.
Rebotar en las orillas del tiempo, para volver a la misma oscuridad de los tiempos de "Desaparecidos". Niñas vuelan sobre el océano sobre el que anda Pablo Miguez; sus familias les alejan de los barrios donde se esparció la nada como la pantanosa tierra sobre la que transitar.
Caníbales, ahora sin el mantillo del poder, transitan por las comisiones de investigación, desparramando una desvergüenza en sus mentiras, ahora que no la pueden elevar a los altares de la prepotencia.
Entre las poluciones de sus lacas y sus privilegios por haber servido fieles, esclarecen en sus brújulas trucadas parte de su cartografía vital; periódicos y periodistas que no son fiables; obvia aclarar en un ejemplo como la prueba del algodón, serían los pagos realizados por su partido a los medios que les dan cuartada para salir a enfangar con un "es que los ponen en los medios".
Cumplidores de la ley, embozados para apalear estudiantes antes que apartar a quien asalta su cielo, el espacio de los estudiantes, catapultada por cazadores de fortuna. Entonces, les hicieron crear que la biblia de patria eran sus imposturas y los lanzaron a la iniquidad, que ahora, insinúan sin mando.
Servidores que no dudan en tirar a una jubilada porque se lo manda gentes como esa lacada efigie que en el ejercicio del poder, son brutales, impunes y conspiradoras con la aquiescencia de esas familias multimillonarias, con altares caseros, que embrutecidas por más riqueza no ven vida, particular, sino entes sometidos a sus designios; lo cruel es que alimentan a otros entes para que encierren a los Tom Joabs. Derrama de despojos para su servidores, mientras ellos amamantan el cielo terrenal, incrédulos de ser merecedores del que ellos proyectan para calmar las revueltas por sus mansiones en oro, platino y canallismo caníbal.
Days like this; encontrando un oasis, Sweeny's pharmacy, donde leer la efervescencia mental de James Joyce, regresando de andar por una calle infinita desde Bloomfield, Belfast guiado por el faro voz de Van Morrison, soñando marcar su exuberancia con un saxofón que le encuentre.
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