Sentir el dolor de ser traicionados por los que se aproximan al sueño de otros mundos posibles, siendo asalariados de quienes ofrecen un orden que nos permite una falsa seguridad.
Correr tupidos velos para quienes quieren ver mundos articulados por los poderosos que se restriegan por las teles, bien sea por ganar un campeonato, bien por ofrecerlo ante un gobierno que le está abriendo todas las puertas para los negocios particulares de unos cuantos.
A cambio, contemplas, ahora ya con una gran impotencia que te da el saber que la mayoría de la gente cree que sus enemigas son las Isabeles Faraldo ó las Isas Serra, que ofrecen soluciones a los problemas diarios de la gente.
Duele la risa que escuchas por un segundo de Angels Barceló, luego ya abandonas su escucha, es posible que para siempre. Quien durante una campaña electoral invisibiliza a un partido, parece canallesco que luego lo meta en su análisis. Si te vas a encontrar en una satisfacción obscena porque sabes que existe un plan para eliminar a un partido que tuvo, casi seis millones de votantes, al menos tienes que tener la honestidad mental de darle la oportunidad para que desarrolle su mensaje. Enric Juliana, si tiene esa decencia moral de reconocer en público que ese proyecto existe.
Son periodistas como juristas que conocen lo que debería ser su profesión pero se venden a la ideología que les guía. Dos profesiones en los que que las grandes saben de la capacidad de los poderosos para destruir y me imagino que todos son sobrevivientes.
Javier Crudo analiza el fracaso de Podemos, el mismo que ha dado una hora de programa a Marta Lois, nueva crucificada de los traidores profesionales, para visibilizarla delante de nosotros sus suscriptores. Duele, en exceso, duele, que para el análisis postelectoral, lleve a caníbales alimentados por el bipartidismo, a esos, quienes han escondido los mensajes de una oculta y castigada Isabel Faraldo. Parecen querer estigmatizar al que no tienen ni la decencia de escuchar, pero si de afirmar que no tienen propuestas para los ciudadano, cuando ha sido eso lo que el equipo de Podemos han estado haciendo durante toda esta época preelectoral.
Existe el mito de los muertos que aún sin cabeza siguen luchando. Laura, Rafa , Raúl siguen destripando la realidad para nosotros en la Base. Veo a Ione e Irene en aquella imágenes cuando fue traicionada por el partido con el que compartían gobierno para regodeo cerdo de quienes, al no tener proyecto de país, destruye todo lo que puede. Una ministra socialista mira de reojo avergonzada hacía ellas dos, quita su mirada enseguida. La traición culpable no la puede mantener. María Jesús Montero es más profesional, sabe que tiene un futuro y por eso, permanece impasible, ajena, también culpable, pero no se señala a si misma.
Daniel, una película de Sidney Lumet, es el hijo de dos ajusticiados en Estados Unidos por haber sido acusados de ser espías para la Unión Soviética. Madre y padre que creen en otro sistema posible para su país, pero que aquella sociedad que ya se alimentaba de los réditos que le daba su intervención en la segunda guerra mundial, de la toma de las producciones en la América del Sur, pensaba que serían a ellos a quienes les quitarán pocos, los muchos que tenían y a la mayoría una libertad que montados en aquella ola de ganancias no empezarían a descubrir que tenía los matices de su falta de dinero.
Aplasta el poder a quienes les hacen sombra, con sus mezquinos colaboradores en todos los ámbitos. Ejecuta un Estado débil, por necesitar ser criminal, a quienes, si fuera verdad su traición podrían haber asimilado.
Siempre, aquí en España, los psoes pajeros necesitan mostrar su fiereza con quien se pone en su camino; allí, su inhumanidad con otros proyectos de vida de seres que no creían en la libertad subyugada a las grandes empresas de entonces, a las tecnológicas de ahora.
Y al final, quienes creen, para su conveniencia, que la violencia se debe ejercer contra quienes les marcan como fuera de la ley, como si esta, no tuviera mil redacciones
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