Uno va dando bandazos mientras pone una voz de mil matices, sobre su mente sin colchón.
Enfrente ellas, Irene y Ione emergen como poesía de la calle para desgarrar los cimientos de los aquelarres de las grandes corporaciones.
Hubo un pequeño tiempo en que nos soñamos sin patibularios ángeles de los poderosos. Tenían formas muy diversas, fueran hombres o mjeres. Tenían como las ciénagas de sus indigencias; a cambio por el exterior les cubrían de luces y de desvergüenza para hablar de lo que eran, pero achacándaselo a sus enemigos.
Hablaban de libertad y censuraban;
De su dios y actuaban como diablos.
Alababan el libre comercio para apesebrar a quienes luego les devolvían luces y espejos falsos pero brillantes.
Ellas dos conocían a esos aparceros de rosario de plegarias, que, rareza, no servía para restaurar lo robado sino arrodillar a los crédulos.
Las atacaron los porqueros porque esa es su manera de vivir.
Las acuchillaron quienes ofrecían tiempo de luz mediática a quien se pensó diosa, por abrazar a un maquiavélico presidente que la echaría a la nada, cumplido sus apareamiento con el poder. Cambiaban los tiempos y las ámantis eran quienes caían muertas después de su apareamiento con la efímera gloria.
Irene y Ione, como seres en los que comenzar a volver a apoyar nuestro activismo.
Mientras me quito el cerebro por vosotras, primero y por Gabriel Rufián, por no esconderse en el reconocimiento que se os debe.
Se perdió el ser cantor de la honestidad brutal, en sus intermitencias cerebrales; a cambio la encontramos en vosotras, nuestra gente que representáis y ese certero arquero de las palabras, como es el diputado de ERC
Gracias Ione e Irene
Termino el texto a la vez que se oye "Invincible"; lo fuisteis, para sernos porque cumplisteis con quien había confiado en vuestra sabiduría y esa honestidad inquebrantable
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