jueves, noviembre 02, 2023

Hacerte caso, un gusto

 No es psicópata porque le podríamos entender; sólo es malvado, algunos añadirían miserable. Incita a rebeliones. Le alaban quienes fueron agraciados por una lotería manipulada, que produjeron ganancias para muchos con grandes pagos por parte de todos los que no están en las élites que siempre se libran.

  Pide que salvemos España; llama para que cada uno haga su parte. No iría un centímetro en su dirección. Desde el primer día, no de presidente del gobierno, sino de su aparición en el panorama político entendí que era un killer, un ariete que necesitan los poderosos para derrotar la decencia y hacerse con el poder.

Él hace su parte, ser deshonesto con su país. Se jacta de haber tenido una inmensa mayoría. Le vistieron de Cid y era más un capone.

   Así que siento que ayudar a mi patria es escribir sobre un ser abyecto, malo, un jack destripador de los tejidos de una sociedad que tanto cuesta hilar.   

  Tener una foto de su consejo de ministros, con más de 2/3 que han tenido problemas con una justicia, que se encargó de putrefactar en sus élites; esa instantánea debería definirle del todo. No es que tuviera mala suerte en la elección; pareciera que la orden era generar un volátil dinero, tomad vuestra parte y corred.

   Creerse parte de la historia le llevó a meter a nuestro país, al que nos anima a defender en nuestras posibilidades, en una guerra criminal. La foto con los otros dos, tres presidentes de tan perversa invasión, la definió una de sus ministras. Buscaba la empatía de los ciudadanos, de su España tomada con esa intervención armada porque nuestros coches obtendrían una gasolina más barata. Nos invitaba a ser ángeles de la muerte de ciudadanos (le importaban un pito el dictador de aquel país, como los de otros), porque podríamos volar en escobas con energía eterna. 

   No pasó, murieron y siguen  muchas haciéndolo víctimas que no le importan a su pretendida mente cristiana.

   Pasó a convertirnos en objetivo de otras mentes manipuladas que produjeron unos atroces atentados. La culpa fue, sólo, de estos, pero la forma de informarnos, a los que pasamos a ser confirmados, como sus súbditos, fue torticera, canalla, despreciable en su respeto a quienes habríamos podido sentirnos parte de ese común a salvar, España.

   Y ahora, después de aquella exaltación de una fiesta eterna, que enseguida empezamos a pagar la ciudadanía, no ellos; ha querido intervenir como un "gurú" cuando en realidad fue, es y por desgracia, será un guía a los infiernos.  

   Quiere cabalgar, no sabiendo que su figura cadavérica produce un rechazo en quienes se salen de los hábitos en los que son encerradas sus mentes: una España inexistente; cuando sus seres humanos serían tan diversos que incluso, no quieren estar en ella, pero la forman y la activan.

   Nos hace mirar hacía allí, a sus alimentados separatistas para que no veamos que su hueste, la más personal y próxima y las que engullen los beneficios que generan los ciudadanos destruyen una sociedad. Odio nuestra Constitución en sus inicios, la denostó en sus escritos, la corrompió en tantas y tantos puntos y en el colmo de su maldad, uno de los más importante, el derecho a la vivienda, lo convirtió en una entrada a muchos esclavismo.

   Si, por supuesto, que escribo para defender a nuestra España en ese centímetro que iría en su misma dirección, me permito mostrar todo mi desprecio a su forma de defender la convivencia de tantas y tan diversas personas. 

   Este es mi pequeña propia visión, escrita tan a gusto

    

1 comentario:

Issac dijo...

Qué razón tienes!

Siameses y mercader

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Zaida, Fernando y