En la enésima, llamada, guerra. En la masacre contra el pueblo palestino se inventan hospitales, ataques a "raves" y mil argucias que compramos en los relatos de los Medias, nos vamos disipando como sociedad. No podemos decir que llegamos hasta aquí siendo honestos y decentes. Se esclavizaron a los próximos, en nuestros pueblos y ciudades, con señores feudales que proclaman reinados que les servían, como un dios sirve a los poderosos para pacificar a los que les creen.
Cuando tuvieron barcos, quienes se habían enriquecido con lo anterior, pasaron a traerlos encadenados desde allende los mares, y quienes allí se quedaron, les hicieron trabajar en las formas más abyectas.
Hoy, aspiran a seguir creciendo las potencias, habiendo dado la decencia a las armas y las empresas que las financian. Una tranquilidad suicida, que los poderosos han dado a sus democracias, a las cuales asustan cuando quienes las integran amenazan con tener más pudor que sus mercaderes dueños.
Ada Colau, la empezamos a oír, desde nuestros admirados movimientos sociales de Barcelona; tuvo su tribuna en el "avivir" al que he intentado no dejar de oír, no siempre escuchar, ni una sección, de sus años de emisión. Llegó a la alcaldía, para intentar con las Itziar González dar humanidad a una ciudad que ahora la representa un equipo femenino.
Hoy, habré oído mal, dice que es bueno no hacer ruido. Me caigo para atrás al ver como un hada fue absorbida por haber adquirido aquellos gremios que adquiridos su "status", daban sus beneplácitos a los señores reyes, mientras ellas ya podían exhibirse, por haberse enfrentado a aquellas mafias que siempre han amenazado a las Itzias; pero que ahora la dejarán tranquila diluyéndose en un socialismo, que pudo desaparecer con las Susanas, Felipes, Alfonso y que sólo el arrojo de un denostado Pedro y la insistencia de un vituperado y nunca defendido, más bien traicionado, Pablo Iglesias, permitieron llegar a donde estamos.
Siempre habrá quien diga que mejor dejar nuestras hadas, para que todo se rompa, como en Argentina; pero cuando eso sucede, llega la locura, y con ella quienes o lobotomizan con la violencia extrema de muertes y desapariciones o procuran oxycotines a la sociedad para que está viva drogada en realidades paralelas que les arrojen a las calles para ser zombies cumpliendo la parte que les corresponden; ser un ejército de muertos vivientes o de crédulos de cualquier dictador, que se arrojen contra la decencia
Ada, dejó de ser hada y huyó hacía la visibilidad de los que diluyen en las aguas calmadas en las que los poderosos les permiten relajarse, mientras los cocodrilos, por ahora, están saciados.
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