Cabalga la voz desbocada en Irish,
Huyen recuerdos, sin retener seres
Están las niñas soplando sonrisas sobre el cogote de su padre y vaya, deciden asesinarles a todos.
Es nada, en lo que nos están convirtiendo señores inversores de bancos,
Es cómplice la situación en la que caemos, silencio y acciones rentables
La señora de la banca, dicen que con impuestos se van, cogen como Marco
el barco y con Amedios cruzan el mar, para buscar sus paraísos terrenales,
la madre, la ciudadanía, ya tuvo su tiempo de crianzas de estos monstruos
Carmen, nuestra Maura, hipnotizada por una manguera que efluvia eterno semen
se asusta de la izquierda no amable; horror, no en halloween, si en Ferreras
glamour para la alargada canallada, putrefacto estado, asesinando derechos
mentir, para quitar derechos
mi actriz, el voto arrebatado por cloacas
En tu cielo, no llega el hedor
tranquilidad ficticia; ¡dejar creced y multiplicaros! complejos, sin ellos,
arman a los ángeles de la muerte.
Salen llamas, de infiernos subvencionados
quemar campos, relaciones, vergüenzas de jueces okupas
todo normalizado, porque aún quedan muchos gitanos, podemos, diferentes
hasta que me llegue a mí.
¡Ay, Carmela!,
soñar, cruzar mares, pero para encerrarse islas de paz,
Aceptar que ese padre, feliz con 5 niñas, de contagiosas risas
era un pago para que las aguas, lleguen dulces a esmeraldas insulas
Aparte de sus paraísos fiscales, no sabemos los destino de los Marcos- Bancos
podrían ser otras tierras inocentes, pilatos, de genocidios
llegarían a tierras donde les manase grandes obras, por su guapura
se adaptarían a lugares donde nada importara, incluso su impostura
Callarse, despacito, casi levitando, no molestar
es nada
el genocidio, llega
ganancias aumentan con su desprecio meado, nos lavamos
Ay, mares deshelados que nos ahogan, incluso la dignidad
Iréis a tierras, como ángeles, de sobredimensionadas obras
Manaréis dineros a informaciones corruptas.
eso sí, pulcras, con corbata y vestidos
nada violentado, ¡Ay, mi banca!