domingo, junio 11, 2023

Podeiola

  Primero mi admiración, mi cariño, mi fidelidad a la forma de ver el fútbol de Pep Guardiola

  Cuando un niño niega cualquier beneficio de la duda a quien ha transformado el fútbol y los jugadores a los que ha tenido junto a él.

   Yolanda Carmena se ha subido a un carro que la va llevando hacía la gloria; esta tiene forma de Sol y la atracción hacía el astro rey es irresistible; como Messala se ha puesto en el eje de cada lado, por un errejón tridente puntiagudo afilado para las traiciones, lo ha forrado con acolchados de color magdalenas pero teniendo por debajo la contundencia que una vez nos describió Sergio Pascual. Por el otro lado, el eje termina en un baldovi, con lengua bífida que exhibe en travestismo mediático ofrecido por el ferri, escudo revestido de diamantes, oro y burdismo; de este lado del eje sigue manando la sangre de Oltra que le quitaba foco al quien pasó por la piedra de afilar, a los integrantes de Podemos para salir él solo, adelante. Está satisfecho perdieron los dos, pero el puede mostrar sus puntiagudas traiciones.

    En esa cuadriga se eleva con su melena de oro, la auriga sucesora de Carmena; seres que entre subidas de masa y biquiños fueron televisadas para ser arietes contra quienes se habían rebelado contra lo establecido. No, no era el habla por hablar; era el hacer para crear una sociedad nueva, en la cual estaban anclados todos los poderes que tenían la capacidad de absorber como lo hacía el escritor Cela: a través de sus zonas más oscuras.

   Cuando se acercaba al dios solar sentía el calor que dicen se tiene cuando eres admirado por las masas. Ella, negaba haber sido tutelada  en su ascenso por nadie, pero su reinado se había instaurado por la subida al trono en el que los medios de comunicación habían hecho de mesa de votaciones. Por cierto, que pena de tratamiento del caso colombiano en el "a vivir" de este domingo, por un experto en América del Sur, que insinúa cosas, pero por calentar, no por ensamblarte y disfrutarte por el conocimiento mutuo.

    Yolanda Carmena había quitado de "en medio" a Irene Montero, Pablo Echenique, Rafael Mayoral, Victoria Rosell, como la alcaldesa había cortado la cabeza de Carlos Sánchez Mato, para llevársela en la bandeja a Cristobal Montoro, amoral por el bolsa o la vida de España; esta no comprendió que al quitarse la cabeza de aquel, se seccionó la aorta por la que nos desangramos en Madrid. 

     Como los niños que niegan a Guardiola porque es ganador, catalán, a Podemos se le niega porque destroza la falsedad de ciertos jueces, exhibidos para hacer política; de poderes económicos suministradores de doping que en el ciclismo se penaliza pero en el periodismo se magnífica y de condecorados policías que sirvieron a unos, para traicionar a la mayoría.

     Se deshizo su cuadriga, se quemó su imagen, en el imaginario de una izquierda unida que había cogido la puerta trasera; se nos abocó a "que viene el lobo", para aceptar a un Pedro que antes de ser de izquierda, se había entregado a ¡bluff Rivera!, como si él, Sánchez no supiera lo que muchos sabíamos que era aquel Albert, otro killer sacrificado por quienes quieren una sociedad sometida, cuando ya no les sirven, porque se descubre sus aparatosas superficialidades.

     Elevarse, para aplastarnos, cuando te atan a la piedra en la que atarán. Te soltarán para que frotes, y salgas ufana, pero

     ¡¡tanta traición!! te acompañara. 

       Ganarán los que inyectan odios a los Guardiolas, a Podemos; haber sido la aguja que los inocula, 

     ¡es tan poca cosa, cuando soñaste llegar con tu cuadriga al Sol!

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