Estábamos viendo cómo se sumergían entre las aguas cada una de las setecientas personas que iban en barco negrero. Nos vino a la cabeza y pensamos que tenían nombres, sueños
besos, añoranzas, amores
De cada uno deberíamos saber su pueblo
sus juegos preferidos; si, como a muchos,
Messi era su idolo.
sabríamos sus estudios, si su madre
le había seguido haciendo las patatas
al mejor " estilo mami".
Nos vimos muriendo, y pusimos una tela,
una pantalla con la que esconder lo que podríamos estar siendo y por otro lado, observarnos en lo que nunca seríamos,
millonarios, recibiendo nuestro reconocimiento póstumo y por
supuesto, el de todo el mundo. Entonces nosotros éramos parte de la humanidad, esa que exuda amor y entonces, eso nos libera de las cadenas de nuestras miserias y bajezas.
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