jueves, marzo 23, 2023

Piketti, éxtasis rotos

 El pájaro  está volando alrededor de un árbol que están a punto de cortar. Me dice mi mujer que me aleje porque no está claro hacía donde caerá. El capitalismo tiene esas cosas que es muy previsible y enseña todas sus costuras, pero luego se pone a caer y con las ramas de la banca, de las grandes empresas y enormes fortunas, que no tienen que ser por haber liderado estas, sino porque hayas estado en el dictador adecuado, con las concesiones oportunas.

  Tiene ese árbol unas maneras de apuntarme que no me gustan nada. Todas las tendencias van a lo mismo. Sea la sanidad y la educación pública o el derecho adquirido por las trabajadoras después de muchos años. Las hojas que ahora vuelven a nacer, porque son intercambiables, porque hace cientos de años fueron los soldados que se alistaban para poder comer y sacar a sus familias de la pobreza, luego no hacen tanto fueron esos niños de la "cinta blanca" que fueron comprendidos, defendidos y ayudados en sus ataques al débil; veinte años después, esos bestializados niños se creyeron únicos, sus padres soñaron ser parte de la historia que se les escapaba y juntos siguieron al desequilibrado y criminal líder que apoyado por esos capitalista de arriba, soñaron tener a las demás naciones subyugadas para que les pudieran servir de esclavos.

   Aquellos animales, seccionada la razón dieron paso a millones de muertos; pero los poderosos siguen ahí y necesitan otros niños, soldados pero ahora revestidos de progres, de Armani, de intelectuales y vuelven a apoyar a ese capitalismo salvaje, son las hojas intercambiables que necesitan tapar todas sus intenciones criminales y acuden a una tertulia, a diez; con su fanatismo, eso si pagado; con su sinvergüencería agradecida.  Son las escuadras de la muerte, revestidos de las luces de los platos de las televisiones y de las vajillas iluminadas por traiciones. 

  Piketti en el capítulo que debo resumir hablo de federalismo, de dar valor a todos seres humanos. ¡Cómo se lo explico a quienes están en oídos y búfidos de esa armada mediática, servidora de maderas convertidas en ariete y daga!

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