Dejándolo, estoy bien
subiendo a un coche
A mil en velocidades
Pongo a Gata, su voz
me emplaza a sacar
Un flow para asaltar
cotidianas mentiras
Cogí un viento que mecía con viento a los árboles recien plantados; fue sólo de la mano y de la cara, porque nos apretamos las mejillas y sus labios para besarnos. Insaciable marchó hacías las yemas y los incipientes brotes. Continuó unos días, pensé que quizás nos agotara. Miraba al cielo para no verle y si las nubes que llegarán y le apartarán, aunque si siguiera mi piel, las gotas serían mi coraza y para nuestros árboles la lengua que entre en todos los poros de su tronco y ramas y allí le produce el éxtasis y ya sabes que cuando entra en erupción, la naturaleza explosiona y no le importa compartir orgasmos
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