Mi señora, que me conoce bien. Me ha enviado a paseo; por el de San Roque voy escuchando la chica de ayer; pero hoy, no me he dado cuenta vuelo, cogido de sus palabras, nos soltamos versos, asonantes, con consonantes y todo.
Es fácil, es el día de la poesía y pasas por debajo de un árbol y un pájaro te suelta una hoja y en ella ha transcrito un pico en el que pone te amo. Desde la farola, cuando te asombra que ahora te da luz, miras a la acera y podrías llegar bombilla para decirla: ahora no, tía. Ahora que se pega la calcomanía, pero claro Gloria es lo que hacía, dar de beber al de la esquina. Alguien la pedía fuego y en el papel la escribía hasta la María.
Esta se asustó, yo ni lo sabía. Hubiera sido sólo una noche, las demás, ahora lo sé, hubiera sido pura manía. ¡Ay! ¡Cuántos soles, sin caracoles!, es la pura sequía
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