No es fácil abrir brazos, si has cerrado la mente. La mecánica del ser humano no es nada fácil, si no has engrasado los ejes de valorar al otro, no a quien te resulta útil por un instante, sino al que siendo muy diferente a ti lo íntegras dentro del paisaje del que formas parte.
Mi vecina, sin ir más lejos, me pega unos abrazos que, a veces, dudas si salir a correr como era tu idea o entrar a celebrar la vida.
El método es el método me digo en la mayoría de los casos, luego aparece Ignatius por la escalera y te imaginas que esta es una rampa. Algunas mañana al bajarla crees que has escalado un poco, por lo escarpado del espacio recorrido.
Corriendo por la ribera del río Sena, observé, en el nivel más bajo, a la mujer más bella que había visto nunca, pretendí seguir indiferente absorbido como estaba en esta época, en los agudos de Roger Waters y en la letra de Red River shore, pero tropecé con una persona que aún iba más lenta que yo; caí, con tan buena suerte que sobre los brazos de aquella joven sin par. Nos llevábamos muchos años y su primer impulso fue separar los brazos y que continuará mi caída a los infiernos, por lo que fuera, ella, me besó y yo me anudé a sus labios y me fundí en su lengua, no hubo lucha, sólo pasion con esa tilde , de la cual ella, intuí que rechazaría y huiría, para conformar nuestro lecho sobre nuestros cuerpos.
Otras mañanas cuando te dispones a emprender otro corto viaje; el pasaje llega a su bola, algunos sin facturar el equipaje y otros con las desvergüenza de sentirse poderosos porque a quienes andamos por ahí, quienes se llenan la boca de nuestra importancia y nuestra protección se someten a dictámenes que emanan de las alturas, porque a estas no les interesa lo que ha pedido, una mejor educación, sino que esta les sirva a sus intereses.
Pueden coger un capullo de una incipiente flor y sabiendo que el agua falta y el calor de este tiempo, tan atípico te lo puede estropear con tres o cuatro malas decisiones. Pero ellos te la imponen, en el medio de tu trabajo, como jactándose de la estupidez de dar valor a algo que ahora mismo no tiene ningun sentido.
Oh baby! es duro soportar la desvergüenza, de quien la tiene, pero, por otro lado, de quien les protege. En "las cintas blancas" de Michael Haneke, unos adolescentes son protegidos por los mayores. Años después esos enardecidos, ahora joven, se creen con derecho a asesinar a quien tiene enfrente.
Como diría aquel: "poco nos pasa"
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