Sobre 64 casillas, el genio sacó una conclusión final, en el colegio (instituto) no te enseñan nada. He permanecido equivocado durante años y persistir en el error, lo único que produce es un agujero sobre el tiempo pasado por el alumnado en clase.
Palaniuk me pone ante cada una de las muchas parcelas que se me ofrecen para destronar los actos repetidos en los que me acomodo. Tengo enfrente una pantalla pero cuando meto mis letras en el sobre, estas hablan de vientos, olas y ese frío que nunca se me quita.
Estábamos reinventando las noches, con los actos repetidos,
llegó una huracán e hizo rataclán, hubiera sido duro,
más su cataclán, clan, clan, nos dejó sin un marinero
nosotros que somos de ir en velero seguro
Abordamos el mar, resquebrajada la nave
confiamos todo a las sales, olas, tormentas
sabemos de su fiereza, ante el desválido
recogimos sus aires, de sonidos infernales
persistimos, con sus sirenas, de panales
cogimos ceras, nos tapamos los oídos,
creyéndolos finales, pero llegó el saxo
recogió cada imprecación del aire
lo convirtió en viento, este le penetró
saliendo primero por llaves conocidas
luego, por imposibles, alocadas,
las convertimos en amantes; aún quedaban
mas
la armadura de aquel marino, blandimos
al principio, eran piedras, de acantilados
amenazando, ensartarnos
luego, el mar amigo, las trago y deshizo
y pertenecimos a nuevos lugares
y rugimos como el tornado
clamamos, como el océano
Clarence, John, Miles, Gilles
hicieron del universo, un océano
Allí, cada matiz, es una gota
y sobre ella viajan, amores,
hecatombes y este momento
que proclama: vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario