lunes, marzo 06, 2023

Los muy agudos

 Un cansancio supremo prepara un concierto. Parece el de despedida; habiendo escuchado a Maruja Torres es la apertura a otro período, no existe un derecho a ser el de cierre. Bello es lo que queda, porque tendrá descubrimiento. 

  Se viajó en tantos vagones que muchas veces no sabías la dirección hacía la que marchabas porque la atención estaba en cada uno de ellos, con los integrantes de dentro, de tal manera que te olvidabas lo de fuera y de tí.

  Estoy enfrente del RE, otra nota, de una octava superior, está posada, otra vez, sobre la línea del DO, bestial la siesta que se puede pegar; no así el MI, el que me atraviesa en días, tan desagradables, tan llenos de nada, tan provocador de la propia apatía. 

  El FA, ahora es otra cosa, se asoma desde el ático, donde llegas porque existe una piscina que te refrescará, pero que, a la vez, te dirá el horizonte será al que estarás llegando todos los días, para no poder tocarlo, sólo disfrutar del viaje, de los Itacas de Kavafis, que te mecen cuando has llegado a puerto y te vuelves hacía el mar, para saber que tendrás que volver a salir por aquella bocana para llegar a otro puerto. Sabes que el viaje habrá merecido la pena, aunque las sirenas te hayan llevado a los arrecifes, que habrás evitado y a las tormentas que te habrán puesto alerta.

   DO el grane ese si da miedo como el SI, pero lo grave es otra cosa y otro día

  

   

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