Se avanza despacio en el libro "Balas para todas". Provocador en el título, viaje con mujeres, en sus coberturas de los conflictos que se van sucediendo en Oriente Medio.
Un mapa de proximidad para adentrarse en vidas con toques de emociones íntimas, represiones sociales, luchas por hacerse con un espacio dentro de un mundo que parece haber sido diseñado para hombres. Su constancia choca contra hábitos e ideas forjadas a fuego en la ignorancia y falta de información que, desde luego, como nos recuerdan en algun momento no es algo exclusivo de aquella zona.
A los reclamos que van siendo expandidas delante de nuestras narices, pareciera necesario que nos dieramos cuenta de los olores que desprender tantas caídas del guindo.
De este árbol, si pones la escalera de forma correcta, puedes tanto subir como acercarte a cortas alguna de las ramas que te da la sensación que ya se secaron o que de todas maneras, un buen rapado podría ser el inicio a una renovación. De todas maneras los rapados de entonces, como diría Neruda, ya no son los de ahora.
y aunue ella me quiera, yo, alguna vez, también la quise
porque en días como estos, el Sol, es vencido por los dioses de los vientos del Norte y de ahí, vienen los caballeros blancos, que dicen que empiezan una nueva época. Al contemplar sus formas esqueléticas, te quedas perplejo porque una cosa es lo que prometas y otras, el estado muscular de las cosas, que en este caso es cero. Sólo la nave holográfica les hace continuar con los cuerpos erguidos y la mirada sin ojos. Nosotros tuvimos uno de nuestros héroes de de esta guisa; cuenta la leyenda que necesitarán de todas las artes químéricas y de la física, para que se aguantará su temida efigie como un temor por venir.
No deja de ser eso muy común. Hoy, lo único que hoy en día, no son esos seres invencibles a los que se saca para infundir miedo; como por Sevilla, repitieron unos cuantos, sus exhibiciones para parecer que eran más, por dar miedo y por demostrar que la traición y la rebeldía había sido seguidas por malandrines.
Hoy, con unas ropas en apariciencia pulcra, se suelta a fantoches, elevados a la categoría de informadores, no se sabe en razón a que, y los tomamos como surferos del peligro y de la valentía; sin darnos cuenta que quienes les apoyan, los tienen de reclamo, por su desvergüenza. A la vez, que les ponen de cebo para clamar, bien sea en el Congreso, en el Senado o ante la opinión que aquello que dicen tiene el respaldo, del vacío al que se ha entregado tanta sumisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario