El pisto lo tengo delante de mis ojos, pero no lo voy a cocinar. Lo están esperando pero me he dicho.
Señorito si usted coge ahora el calabacín, mañana podría venir la vecina y pedírmelo y yo tenerla que decir que el calabacín se lo llevó usted.
Y miré usted sabe que el calabacín me gusta, pero sobretodo si es el suyo. No, no vaya a pensar me refiero al de su huerta.
Claro señorito, claro sea usted muy claro. No, no cojo cualquier calabacín.
Si, si aclarelo, la mezcla tiene que ser con mi tomate. No, por supuesto que no; es el de tomatera que tengo en mi balcón.
No oiga, no deje ninguna posibilidad a que le llamen Manchego. Claro, usted sabe que ese mete sus narices en cualquier fregado.
Si, debe ser algo del dicho " que me nombren aunque sea pato o enterrador".
Yo, que sabe que vine de las tierras vacías, ahora me he habituado al gentío pero no crea, las cebollas las sigo prefiriendo de sus bancales.
Y dale, no admita que hemos estado sentados en un banco. Cualquiera pudiera pensar en temas anales.
Mire si quiere metemos un pimiento verde. Claro, señorito. Con ese es como con el semáforo, dejamos pasar al que debe, los otros si quieren que pasen pero que les reputa
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