El documental sobre la persona Marc André Leclerc que convirtió su encuentro con la naturaleza en una forma de vida, es bello, adictivo.
La madre abrazándole con su cuidado y su entender las necesidades de André de aprender siendo libre es una lección a la que debo atender como profesor.
La excusa fácil es que trabajo con 250 estudiantes; la búsqueda no la siento acabada, como tampoco mi tiempo.
Pretencioso es querer comparar los pequeños surfeos sobre olas en el río Tajo, con la conquista de muchas de las paredes más difíciles del mundo.
Sus grandes retos fueron "solos". En Brette encontró un ser fuerte y con las ideas claras y su no búsqueda de las redes sociales y de la notoriedad, le hizo ser un gran desconocido, para el público de masas. Ese que ahora se siente con ganas de escribir unas letras. No sé sabe si porque aunque a él le llegó muy joven ese conocimiento y ese dar valor a la consecución de sus sueños.
Otros valoran sus pequeños placeres de una tarde de Enero, descubriendo algo que durante mucho tiempo no hizo cuando iba acompañado: buscar sentirse, en cada instante, una parte del barco para que cada uno de los movimientos suyos vieran sus consecuencias de forma inmediata.
Es una máxima, tanto en escalada, como en piragüismo, salir siempre acompañado. Marc André convirtió su precisión en un ejercicio con una seguridad que se me escapa.
En el río, el no molestar a nadie, reduce los riesgos tomados.
"El alpinista" un documental de uno de ellos, en su forma integra de comunión con la naturaleza
Juanjo Millas en sus solos de otros libros, al terminarlos creía haber alumbrado encuentros con sus lectores y ahí estaba. En la finalización de su segundo con Arsuaga, siente que su viaje conjunto se pierde. Los lectores, o el lector, oyente al que siente escribir o hablar algunos escritores o periodistas estarán siempre, pero salir de su solo, a Millás le enriquecido
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