viernes, noviembre 05, 2021

Debates desprevenidos

 Al dar una curva de 90 grados a la izquierda, ustedes no me pueden pedir, que ante la visión de un ciervo, yo sé lo describa con precisión. Más si este se mueve para irse al lado contrario del que voy yo.

  Puede ser que alucinado mire por el retrovisor y le vea que se ha parado, como para pedirme explicaciones. No se las podría dar, ni me fui con sus ciervas la semana pasada; por supuesto, claro, no me acosté; ni las he ofrecido un gineceo y mira que esto es ponerse. Ahora que, por fin, he comprendido lo que es la construcción, me imagino que me costaría o meses, con dinero o sólo dinero y ya me dirían como ir y si el yacuzzi, lo han sacado del centro de la tierra. Ahora que dicen que por aquí, está la gente muy caliente, no les voy a contar yo, lo que están por ahí abajo. Todo es ponerse para buscar el lugar más adecuado para llegar al centro de la tierra, que no siempre es el centro del meollo.

  A mi me dice el ciervo que porque voy tan repeinadito hacía el pueblo y yo le hubiera dicho; ¡ciervo! en total que llegué voy a salir a trotar por esos parajes que tu también conoces aunque sea por la noche. Por cierto ¡vaya vista!, a las dos de la mañana, sin luces de infrarrojos y con una piel que, "a mi no me digas", tiene que ir a ahí, ahí para proteger de ese frío nocturno. 

  El cervido con una cierta sorna, que ya, a mí no me sorprende, me lanza el improperio de ser machista y a mi mujer, que iba oyendo a carnecruda, ¡ella! ¡la vegana! la inquiere con un cierto lenguaje chabacano que porque le llama cornudo.

 Mira que mi mujer tiene tablas, que en una época de su vida, viajó alrededor del Sol,,,bueno y Luna, si un complejo hotelero al que daba vueltas, no importaba la hora. Se le ha quedado mirando, primero, a las patas, luego a la barriga; me ha dicho que para ella, que se había puesto hasta los trancos de hierba; "lo mismo es que va a invernar", la he contestado. Cuando ha llegado a la papada, de forma sucesiva morro y por fín, a los ojos y pequeño penacho a modo de flequillo. La he visto que se volvía hacía mí y en un susurro me ha dicho: "este ciervo es como esa política amoral que no contesta a la preguntas, sino que debate el porque el ser humano habla; si la sigues, te vuelves esquizofrénico perdido; si no la contestas, aparecerá como ganadora. 

 El ciervo es de esos; soberbios, petulante, macarra, retorcido; mi mujer ha vuelto a lo suyo. En esos momentos estaban los debatuiteros y para allá que se ha ido. 

 El animal la ha querido seguir; como el profesor ese que, a veces, se ofende en un vaso de agua, la ha empezado a decir: ¡a mi nadie me da la espalda!, ¡a mis cuernos se les respeta!

 Nada más decir estas últimas palabras, se ha dado cuenta de su reconocimiento de su, digamos, cornudez y ha duda tres o cuatro segundos, que han sido una eternidad para un ser tan soberbio, pero luego ha vuelto a la carga y a un corzo que pasaba por allí, le ha empezado a dar la brasa.

  Para mí, que los corzos tienen un poco o de pasotas o de tu déjame tranquilo y suéltame toda la matraca que quieras. Mientras me pueda alimentar, tú a lo tuyo y yo a lo mío.

  Me ha hecho gracia la actitud de ese corzo y otros cuantos que han ido llegando. Todos hacían hincapié en la cabeza del ciervo y en la magnífica planta de su cuerpo. Nadie le nombraba la zona superior. Así aunque exhibía con orgullo su cornamenta. Sin embargo, había conseguido que nadie le llamará cornudo.

  Estos tiempos, me pillan desprevenidos. Vas un día te sientas en un bar, con gente con la que no has hablado en tu vida de política. Y al corrupto, lo tiene como opción; al golpista, como ¡bueno, ahí, casi, casi que nos llego! y al que se sitúa entre la bazofía y una alternativa de gobierno, como ese soy: el que valoro la mierda, como opción alimenticia. 

   Cuesta entender en ese nivel de pedo, culo, caca, donde pueden enfriar una cerveza que caiga continúa para que al reponerte de la sorpresa, matices algunas cosas. Pero a estas alturas, para que el ciervo, sabe donde tenía su lecho y está con la medicación

 

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y