domingo, septiembre 26, 2021

Pájaros pintando libros

 A Johanna esta semana se vestirá con un pantalón, una blusa en gris y unos pelos que se mecen en jazz. Ella pondrá sus ojos verdes, su boca carnosa y con su mano, dirá un hola que es un abrazo. 

 Veo su figura entre las notas con las que se perfuma y todo penetra en mi cerebro en un torrente de dos, res, mis, fas, soles, y no olvidemos los síes, cuando ellos son lo promiscuos incitadores al mestizaje que tantas veces quisimos ser.

  Nos enfrentamos a las violencias que en un planeta llamado tierra, están latentes. Dice Juan José Millás que se desarrolla a la vez que las luchas que vivimos entre los seres humanos.

  Despedía el día Antonio Maestre disculpándose porque pensaba que no iba a comprar libros  y nos presenta los comprados. Muy él, muy para enriquecernos. 

  El martes, entrando en los 60, una de las carencias que intentaría suplir, sería el leer, los de Antonio, los nombrados en carnecruda.es; los que nos introduce Oscar López, en el "avivir". 

No, no será el caso; pese a los errores, intento entender los libros que es cada uno de los días de las personas con las que me enfrento en un aula. 

“You're gonna make me lonesome when you go”, la letra es de Bob Dylan, fue versionada Miley Cyrus con éxito. Es la relación con otra persona, es quizás, y no bueno, también un viaje al quedarte sólo porque no has podido controlar un momento en el que el otro, los otros, no han seguido las pautas con las que tratas de desarrollar una clase. Instantes que impregnan un tiempo con una telón de nubes que se caen sobre las sonrisas y las otras relaciones. 

Volver a ese momento, es irte más lejos; arriesgar y saber que a esos muros a los que te dejas encadenar, tuvieron los tiempos de los cimientos, que se dejan explorar con los componentes que les den otras consistencias. 

  Podría alejar esos instantes y reivindicarme como un falso profeta; hoy, con el tiempo que se vuelve escaso, oír la fantástica versión de "visions of Johanna" en el Dylan de 2002, en sus sesenta, es un  echarte en manos de un grupo que tienen sus propias inquietudes que les visten y. escuchándoles, también tú, te descubres en otros ropajes en los que reconocerte.

 Viajo hacia  una telomenasa de libros que me ayuden a restaurar las conexiones con los descubrimientos que se esconden entre los olores a cafés que aromatizaban las teclas que traducían pensamientos.

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