¿Y si la odisea fuera en el espacio?,
Custodia dará el pregón de las fiestas de la Merçe en Barcelona. ATS que tiene tan claro donde está su sitio que no ha parado de abrir puertas a tantas y tantas personas que antes, fueron a invadir Cataluña desde Andalucia y que ahora, dicen, que nos vienen de lugares remotos a hacerla perder su identidad, como si está no fuera el conjunto de los que van viviendo en aquellos lugares. Algunos tratan de ser los guardianes de las esencias, como si estas no se estuvieran modificando con los encuentros.
Custodia, que llegó a los 4 años, al barrio del Carmel, continúa con su compromiso subiéndose a una nueva nave, cuidar de un familiar de 102 años;
La mayoria de votantes de la Comunidad de Madrid, entregaron la dirección de su nave a la cubierta Libertad que pasaba por encima de las relaciones establecidas por los humanos, para asentarlos en las plazas de la inacción, con bellos asientos, con bebida y tapa para dejarse ir.
En estos días de calambres continuos para deshacer nuestras melenas y la confianza en los políticos, se juega con la palabra vivienda con la ligereza con las que las grandes empresas y sus mediadores, los políticos, tratan de tener el control de la sociedad,
Custodia estaría en la calle con sus vecinas, mientras que Isabel DA, presidenta de ese espacio llamado Madrid recurre con dinero público para que 3.000 viviendas públicas donadas a sus amos, les sigan perteneciendo a estos, mientras las familias deberán desequilibrar los actos de sus vidas para que, aún siendo un gasto vejatorio mensual, aspiren al refugio que busca el ser humano para reposar su cansancio, para cocinar los actos que les enlazan a sus seres queridos. Nacieron los cohetes personales para no encontrarnos, pocas explicaciones se pueden añadir para que esa resignación haya crecido incluso entre colectivos que hayan podido salir de las cadenas de su condición social.
El problema habitacional entregándose a la especulación de empresas que atan futuros con las subidas crueles que obligan a un gasto que el Estado debiera reducir para poder permitir desarrollar unas propias a los habitantes de una comunidad.
20 años del comienzo de una Odisea; diez años después, denunciamos que no había pan para tanto chorizo, pero vamos tomando conciencia que en sus mesas, el pan era lo menos. Y sí, tenían, incluso sirvientes para poder seguir dominando incluso nuestras inquinas
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