Cuando se cierra un libro, lo clausuran. Lo interpretan ellos; ya son dios.
Lo utilizan como piedra angular sobre la que controlar un pueblo.
lo exhiben como la carta de naturaleza de sus justos actos; no,
no es verdad; la ornamentada mesa que la sustenta, tiene patas putrefactas:
sus creencias, su servilismo, sus calculadas reciprocidades, su devolución de favores.
Los libros deben ser abiertos, para exponer decisiones,
si uno canta y otro, proclama mentiras, ¿merece cárcel el primero?
Alzar en forma bíblica el texto para soñar aplastar al otro; se izó
con las alzas arrebatadas a la sociedad que levanta los días duros.
Pablo espera que lleguen las esposas para un sociedad subyugada,
Tremenda imagen, enfrente un mercader rie, vendió la muerte; exhibió pluma y voz como filo sobre el que seccionar la dignidad deuna madre, ya desgarrada sin la voz de sus entrañas. No pudo, pero muchos, como diversión, le escucharon: ¡Al verdugo!
Pablo Hásel, como un "carmina burana" de nuestro tiempo, se salta las músicas enlatadas, de una sociedad en dieta;
nos habla de lo que nos encierra y de romper nuestra burbuja,
el mensaje, de nuestro poder es ahora,
no vagar en un mar por el que las ballenas engullan las tintas.
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