Me dieron una inyección, señores; ¿ponñermela?
5G, una cabra que habla y mi pierna, ¿qué no me decían cual?
puede crecer.
Llegó ella, con mucho porte, brava
¡qué te a pongo, que te la pongo!
Surgió la pasión, todo estaba ya cerrado; escritas las últimas decisiones. Enviaría una nave para que en aquel oleaje, ceñido mi arnés, si volcaba pudiera ponerme otra vez en ruta.
Fueron solo unas palabras, un pequeño movimiento de cejas y bueno si, un cuerpo con el que recuerdo, tras mucho tiempo, volví a dar un jipido, asi anda uno.
Hablamos de cosas intrascendentes, de un gran libro, de una comida deliciosa que, cada uno en diferentes momentos habíamos tenido en aquella playa casi abandonada, en un bar destartalado pero que daba unos productos buenos y bien cocinados. Por supuesto, quienes hemos sido clientes, tenemos el compromiso de no decir ni tan siquiera la ubicación, sea norte, sur, este e incluso oeste, y sus playas salvajes dentro de Porto.
Decidimos que aquellos tertulianos, no eran honestos por intentar ser excluyentes con otros que estaban en su misma situación de tener filiaciones pasadas conocidas y recompensadas.
En esas dilaciones estábamos, nuestra mente trataba de no perder el hilo, mientras nuestros ojos cumplían dos misiones. Exploraban nuestras formas, como un lugar al que llegar, acampar y desentrañar y la segunda era que en el fuego no se abrasara el color negro azabache intensísimo de ella y del verde que en diferentes momentos me han recordado a mí.
Nada pudo parar aquel encuentro abisal. Nos embarcarnos en nuestro propio batiscafo "Jacques Cocteau", para encontrarnos en la escotilla que permitía acoplarnos, tras una cuidadosa y pormenorizada apertura.
En la lectura, Amin Maalouf lo había vuelto a hacer con su ultimo libro "nuestro inesperado amigo"; deambular por una librería y ver su nombre, va asociado a las madrugadas en sus salidas a los puertos, que nos hacen buscar nuevas Itacas
Días después, ya terminada su siempre demasiado rápida lectura, Javier Gallego le entrevista en nuestra "carnecruda.es" que nos está llevando a los hospitales flotantes de todo el equipo y colaboradores, para darnos música, literatura, humor, ciencia, lo que nos puede hacer descubrir.
Creo que tiene derecho a darse cuenta, todo el equipo de esta radio en búsqueda de lo que está haciendo para coger nuestras mochilas de polizontes mientras nos llevan a los amaneces, unos dias; a las puestas del Sol, en medio de los inmensos mares que nos invitan descubrir, sin darnos margen a quedarnos anclados
Entre los bosques de cascotes que nos siembra. Surgen los enojos de las Medias asalariadas.
Entre Fronteras, uno monta un vídeo y en siete minutos dice: todo esto, ¿os parece normal?.
No sé Juan Carlos, nos hemos a acostumbrado a aceptarnos en su mundo, con alfombras tapando minas.
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