Si llegará el bicho a saber, que la vida le pondría el nombre de lo que era y no de lo que alababan que era en aquellos momentos. Quizás hubiera hecho aquellos viajes, siniestros a la maldad, porque muchas veces se tiene en las entrañas, pero el peso de tanto y tanto desprecio, le hubiera paralizado los pies.
No hubiera podido caminar, porque la vergüenza de la falta de estima le hubiera llevado al caos, como en nuestra coreografía.
Muchas veces, cuando en las dificultades, cuando en los días grises, nuestros pasos se hacen pesarosos, nuestras esperanzas vanas, y el cielo nos cae a plomo, aparecen seres con sus herramientas que les han ungido en lo que son ejecutores de tantos y tantos poderes.
En la oscuridad de un escenario empedrado, con agujeros a mazmorras, cuchillas que afilan para sus desgarros tantos sueños, tantos juegos, fueron apedreados, encerrados y sajados.
Queda la dignidad de quienes en ese contexto, soñaron encuentros, buscaron besos, labraron para semillas.
El caos es aquel que le dan los galones para justificar la opresión. Sólo fue un doloroso recuerdo. Al caos, hoy, le sirven otros que buscan sus pedreas, convertidos en "nadas" encorbatadas
Imy
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