Científicos españoles que regresan de Estados Unidos para asesorar a su país, para salir de una pandemia que se va conociendo según se profundiza.
Un lobo me despierta con aullidos después de una noche heladora, no creo que fuera por frio, su pelaje cuando me acerco me demuestra que en el frío, su sangre es capaz de fluir más lenta, pero su mente se aviva pues la necesidad de alimentación se le acrecienta.
Amador Guallar, reportero gráfico, le escucha esta mañana, para relatarle la crueldad que bien conoce el lobo, viajero de mil montañas apenas expugnables, en los otros; pero nunca ejecutará él, más que para saciar sus hambres de conocimiento, respetando el equilibrio de la naturaleza.
¿Qué me dice a mí ese lobo?
No me temas, si algún día en una emboscada, porque la caza se me haya escapado y tú sea lo más cercano, te necesitará para mi supervivencia. A ti, te vería débil para mis fauces, pero nos sentaríamos los dos a hablar y alimentarnos de conocimiento.
Sin embargo, me repite, teme a quien se te arrodilla como cordero y oveja que claman por su libertad; tuvieron orígenes de hiena, con abuelos inmisericordes que sólo como contestación a esa palabra requerida, libertad, como respuesta, arrojaron: no se dejan enemigos a la espalda, se les asesina; el diferente era el enemigo.
A este manso rebaño, no les des nunca la espalda, son hienas humanas, mucho peor que las de cuatro patas. En su tiempo levantaron las dos delanteras para clavar puñales de traiciones, odios y embustes, con hojas de acero, con palabras de filo ponzoñoso y con palos de maderas del ocho.
Hoy, esta mañana, que levanta su persiana al Sol, me ofrece la información trasladada por dos animales que me han aromatizado el café, con sus palabras para que les ponga la galleta de mi comprensión, siempre buscando componentes que eliminen los pasados que pudieran ser erróneos, por soberbios, por costar desprenderse del vestido: "yo siempre tuve la verdad".
Camino entre aullidos, para encontrar el oratorio de Millás, en un aeropuerto; lugar neutro donde eliminar todo ruido y leer estas dos entrevistas.
Un pensador que busca soluciones para que coexista un equilibrio para un mundo humano. Una banquera que ofrece la contundencia de sus certezas y sus apoyos, desde la vías de donde no debemos salir, obviando todos los privilegios recibidos, entre otros de aquellas hienas, y agazapando ganancias para su solaz y nuestras peticiones, qué efectivamente no las queremos en forma de caridad, sino de justicia social. Ponerlo así, me prioriza sobre un lado, ¿qué será después de la lecturas de ambos gritos, ¿será un aullido, para prevenirte que debes hacerte a ti mismo? ó ¿será la risa de una hiena para relajarte hasta el desprendimiento que te disponga a ser ofrecido en el altar?
En primer lugar, este sistema de “herencia para todos” sería un paso más de un sistema de acceso universal a bienes y servicios públicos fundamentales, incluidos la educación, la salud, las pensiones y un ingreso ciudadano. El objetivo no es reemplazar estos beneficios, sino sumar esta herramienta a las ya existentes. ¿Para qué serviría?
La mitad de los alemanes tiene menos del 3% de la riqueza total del país y, de hecho, la distribución empeoró desde la reunificación
Si uno tiene una buena educación, una buena salud, un buen empleo y un buen salario, pero necesita destinar la mitad de su salario a pagar un alquiler a los hijos de propietarios que reciben ingresos por alquileres durante toda su vida, creo que hay un problema. La desigualdad de la propiedad crea una enorme desigualdad de oportunidades en la vida. Algunos tienen que alquilar toda su vida. Otros reciben rentas durante toda su vida. Algunos pueden crear empresas o recibir una herencia de la empresa familiar. Otros nunca llegan a tener empresas porque no tienen siquiera un mínimo de capital inicial para empezar. Más que nada, es importante darse cuenta de que la distribución de la riqueza se ha mantenido muy concentrada en pocas manos en nuestra sociedad.
La mitad de los alemanes tiene menos del 3% de la riqueza total del país y, de hecho, la distribución empeoró desde la reunificación de Alemania. ¿Es esto lo mejor que podemos hacer? ¿Qué proponemos para cambiarlo? Esperar que llegue el crecimiento económico y el acceso a la educación sin hacer nada no es una opción. Eso es lo que hemos estado haciendo durante un siglo y la mitad inferior de la escala de distribución de los ingresos todavía no posee nada.
Cambiar la estructura de la riqueza en la sociedad implica cambiar la estructura del poder de negociación. Quienes no tienen riqueza están en una posición de negociación muy débil. Se necesita encontrar un empleo para pagar el alquiler y las cuentas cada mes, y se debe aceptar lo que se ofrece. Es muy distinto tener 100.000 o 200.000 euros en lugar de 0 o 10.000. La gente que tiene millones tal vez no se da cuenta, pero para aquellos que no tienen nada o que a veces solo tienen deudas, significa una gran diferencia.
El País, Patricia
Botin; la solidaridad no es caridad
Y tras ello, vuelvo a Miguel Hernán buscador para prevalecer la vida. Y en estas dos personas, la señora del éxito arrolla al silencio de reflexionar, para construirnos renunciando a nuestras débiles individuales que si no, encerrados en su debilidad, serán esclavos de los amos
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