martes, mayo 19, 2020

El arte es un ser naciendo. Un museo por visitar

El día de los museos, voy y no encuentro la entrada, a cambio tampoco me he movido de mi sitio. El caso es que a estas horas, las palabras tienden a desbravarse tras haber recorrido varias dehesas y alguna otras de las diferentes.

El señor estaba por trabar las puertas de las cercas más lejanas para de la otra manera pudiera dirigirme con una cierta zafiedad al objeto armónico que hoy debía tocar, para ese concierto tan innovador porque sería la primera vez que tuviera en mis manos tamaño objeto que incluso a lo lejos no puedo reconocer si convivió conmigo en el reino animal.

 Animar es lo que pretendía en aquella época donde muchas harpías vencían los días con filosofía y en la sala Magna, se trazaban peleas de herreros con brazos tallados en los golpes a yunques con los que enviar trazos de pensamientos a las flores que eran bellas tragadoras de fueros que nos llegaban de avivar los fríos. Tras haber consumido un pepino, de quien nadie dijo ni pio, salimos en orden aunque en aquel momento baldío, los canallas encontraban sus ciénagas de las que siempre dicen que salen impolutos, aunque, para mí, que más bien corruptos

Los señores Luthiers, andan por ahí dolidos, y yo ido, por no haberles escuchado, pensando que todo lo sabía de la locura; pero en ellos la crecieron para definir este mundo apaleado por la exhibición impúdica del mendaz revestido de capa para que el odio de clase, ya salga a solazarse revestido de libertinaje, pues eso, siempre fue lo suyo, en vez de acudir a enfrentarse a un cuadro, donde al silencio del que pintó para exprimir sus mundos los contrastaría con mis creencias desnudadas de las seguridades en las que blandiendo ser más, me encontraba con “Crescencio” que había devenido ya a menos, con cada vez menos instantes de más.

. Mal que me pesará creer ser solaz, cuando con la tuerca era incapaz de amarrar nuevos tiempos consciente de los entonces, plenos yos, no haber entendido los "sucedidos" reblandecidos por los golpes concedidos por el poder ya conscientes que de los "hay" no pasarían y respetarían "los impuestos" desde la inmoralidad de los que se tronicitaron en traiciones.

Tamañas decisiones bailan enfrente de marcos, estos se quedan ahí, como esperando, de él se bajan caballos, jinetes, niñas con perlas, bufones con sus camisones, vírgenes con niños, mujeres vírgenes de amores; todos ellos se masajean por las calles, con sus caballos, ahora agrupados en 500 estruendosos CV, para aprisionar a la mujer que en un cubo de basura encuentra el horizonte de hoy, indiferentes al acelerador que por el megáfono clamaba por una libertad que mañana, también, a ella la vuelva a volcar la boca en las frutas podridas que este bípedo encaramado al asiento trasero,  desecho por ser él, en si mismo, nada que sirva.



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