domingo, noviembre 24, 2024

Identidades líquidas

 En Política del malestar Alicia Valdés nos rompe los apriorismos y nos avisa que leerla para añadirla al de los logros lectores es una mala decisión porque no habremos comprendido nada.

  Cuando nos dan identidades para explicarnos y estas fallan, los vendedores, bien sea de productos tangibles, melones, sastisfyer, perfumes, como intangibles, España, entonces estos se ven en la obligación de poner otros insumos para dar valor a sus peroratas.

   Imagina Dulce ir por una calle; allí, de forma ostentosa un grupo de seres grita por un Ideal. 

   Ella ni corta ni perezosa le mete contenido a ese Ídolo. Piensa, derecho a la vivienda de todos los españoles. Enfrente, alguien la mira, si no es odio en su expresión puede ser otro tipo de fobia, apalicemos y sometamos a los perroflauta.

   Dulce, que a veces no sé si tiene cuatro pájaros en la cabeza le dice al otro que apenas escucha:

    Ok, voy contigo. Tú lo haces, pero yo no puedo, me lo prohíbe mi nombre. Él la mira y se piensa, ¿me estará vacilando?.

    La escena siguiente es diez tíos despatarraos por el suelo, el fuerte, eufórico y ella, muy bien Fran conseguiste tu propósito y ahora ¿Qué?

    Mira a su alrededor; unos cuantos, admirados; otros, temerosos; una, si es por collares, yo les extripo, más y a más.

    Dulce, paciente, pero estos que te miran necesitarán casas. Ten en cuenta que te admiran.

   Ok, se las damos, pero algo tendremos que sacar.

    Se enfadarán 

    Entonces, señalaremos a los hocegotes.

    ¿Quienes son esos?

     Ni idea, pero la sensación de tener un enemigo y la ilusión de patearlos, entretiene.

     Ya, tendrán que ir hacia algún sitio 

      Entre que lo averiguan y se desilusionan, se habrá creado otro enemigo.

     ¿Se puede vivir toda la vida contra enemigos?

      No, esos no existen, el asunto es presentarnos siempre como solucionan.

    ¿De la nada?

     Gracias, 

     De nada

     Dulce recorre las miradas de los integrantes de esa manifestación.

 Como los medios de comunicación que ayer, no sabían llamar estadio Santiago Bernabéu al lugar donde juega el Real Madrid; los  del Atapuerca de ahora, no saben que los sujetos de sus realidades se los van creando a conveniencia para fidelizar su odio hacia el diferente y su falta de empatía por crear un proyecto común, ese sí, llamado España.

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