Para mi que me meten la hypra. Yo voy andando y aparece una mujer y me silba y me digo porque no. Esa es la contestación que me da ella, cuando la digo que porque no quedamos.
No es la primera vez que me pasan estas cosas. Me apunté a hacer esquimotajes en un concurso de ver quien hacía más giros en 30", por el mismo motivo; también con la misma respuesta, aunque esta vez no la oí. Estaba medio ahogado.
Cuando intenté salir de ese estado, la señora me había preparado una tortilla. Creo que no era el momento, ser redonda me sumergió en más giros y no era lo mejor para mí angustia.
El caso es que tenía cebolla y soy muy de no, pero claro no era cuestión de taparla con la mano. Al final todo sale a la luz.
Mira Alberto, si ese del quinto derecha. No mete la sexta pues porque otros, en ella, ya lo hicieron por él. Menuda turra, menudo porte, decían
Me pregunto si me vecina, alguna vez, se cuestionara en manos de quién ha estado su credulidad. Cuando se pone delante de la pared, no encuentra motivo para saber porque los otros no existen.
Pueden ponerla veinte banderas y un pedestal; benhur, convertido en imbatible; los maridajes de mis mejores colegas; un día más en la portada. Pero alguna vez se tiene coscar.
Ese tío y bluff, nada
Alguna vez, cuando llegaban a mi barrio con la cabra, la escalera y la trompeta quise irme con ella. Todo me balaba y molaba.
A veces, me quedo en blanco, en la mente y en el espacio, les busco la mirada.
Confiaste y te quitaron una cámara.
Bluff, tus definiciones y la nada
Habla, blablabla balalala hala bajajaja bajaja nadadanada y aquí mirando, sintiendo
las palabras se deslizan entre mis dedos; de aquellas promesas, de aquellas bellezas, de la nada
no queda más que las manchas
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