Abres la puerta para salir del cine; después de tanto tiempo, no pierde su magía: Te olvidas que has dejado un día de asueto, te has asomado al abismo del aprendizaje. El vértigo es inmisericorde, el agujero profundo, caes sintiendo que descubres cada una de las galerias donde se posan otros mundos. El segundo que es cada visión, es una vida para conocer a cada uno de los habitantes.
Lo que ves te besa, como consuelo al continuo descenso.
El personaje te persigue. Ana y Fernando reflexionan sobre él. Gerardo responde a esos que se erigen como jefes. Se transmutan para chuparte la sangre.
No oirán sus casi cinco minutos de hacer valer todo, todas y todos que estamos haciendo sociedad.
Alguien se ha subido al estrado, sólo para arrojar sobre el diferente piedras, mientras esconde su zafiedad, su ser mezquino. Te quedas meditando y dices este, esto, esto es...una engañifa. Y esperas:
Para ver el mensaje que sigue y que sale de un adoquín, le puedes dar valor su valor intrinseco, sobretodo cuando acudes con uno de ellos para amenazar a alguien que está poniendo la veracidad de lo que afirmas y la violencia que demuestras acudiendo a un domicilio particular.
El congresista Pisarello tiene una intervención donde mira de frente a todas las personas que hacen España. No, no necesitan decir que la aman, más bien porque ellos cumplen con unas leyes, que pueden ser intercambiables, como lo han sido a lo largo de los años.
Parece curioso que quienes tienen todo el día la palabra Amor y la relacionan con la patria, hayan albergado a corruptos, evasores fiscales, proclamadores mediáticos de odio al otro, sin que sean capaces de llevarles a sus programas para poner en cuestión sus ideas, con las de los que defienden que haya vivienda digna para todos, pura constitución; derechos para todos los seres humanos, ¿que es si no, uno, llegado de donde sea y que ponen bajo el manto de un dios?
El patrón, la iglesia mediática te acogen en su seno, te abraza; dicen los inocentes dueños, os amamos, esa pegajosa liana que se va enrollando por todo tu cuerpo para que cuando hagas el más mínimo movimiento, tu mismo te des cuenta que te estás flagelando y te estás hiriendo y ellos puedan seguir, una eternidad proclamando amor.
Esos gobiernos socialistas, padrecitos que quieren llevarte a sus entrañas y no se atreve a mantener a un Jesús Cintora que pone el foco en lo que daña un pais; qué no da los pasos para una ley electoral que sea más justa y donde los votos tengan el mismo valor, no eliminando los restos que son penalizados. Esos que permiten que las televisiones públicas, caigan en mano de empresas, a las que el erario público haya dado 264 millones, en los ultimos años en Castilla y León para no dar toda la información que una sociedad necesita y tenga al periodismo, honesto, de búsqueda de hechos, sin ningún patrocinio, porque saben que ellos si harían "más periodismos", pero no para dar la voz a los insidiosos, a los que manipulan la información, a los creadores de odios al otro
Y si, lo cogerán y harán su palacio; pero ¿siempre tirarán de sus obnubilados servidores?
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