Me imagino que un ex político, ¿Se deja de ser?, que se levanta ofendido cuando acusan a su partido de actos delictivos; debe estar ofendido porque estos acontecimientos hayan llegado a suceder y no porque le señalen.
A nivel general, tiene que sentir como miserables a quien echa la culpa a quien nunca se ha demostrado que cometa esos delitos.
No sé si le duele, a la vez, los actos cometidos y su partido que ha sido participe, reconocido, como se dice, en sede judicial, en muchos de ellos.
La decencia de la claridad en la exposición de los hechos, que es la luz que le ilumina tiene que ser dolorosa y dañiña.
Existen muchos, que permanecen en estos espacios televisivos porque han comprendido que permanecer e ir echando basura a los que están al lado, les da un valor añadido y consiguen que sus fieles cojan el rábano con las hojas, cuando estas le sirven para hacer un extraño té. Saben que es un peaje que deben pagar y les suele dar réditos.
Furibundos seguidores, en estos días, se pueden llegar a creer que Rusia es un régimen comunista, cuando la autarquía que rige los destinos de este país es protectora de los ideales nacionalistas de partidos como Vox en España.
Es el actual estado de las cosas en este país, la ignorancia supina subida a la categoría de opinión que debe ser aceptada pero que no es respetable, por falsa.
Eduardo Serra en un programa dirigido por Javier Ruiz va oyendo el relato de hechos que se van desentrañando como ciertos. Un periodista de contrastada calidad en su exposición para que gente como yo, podamos entender lo expicado, con claridad. Existen muchas excelentes personas en este carrera profesional, aunque algun seguidor de mediocres y mentirosos saque la coletilla de ser todos iguales; nunca lo fue, y ahora que tienen que ser militantes ellas y nosotros, con ellas, para darles luz, menos aún. Estamos orgullosos de haber respetado a Carlos Llamas, a José Martí Gómez,
Estamos en ello, como de esperar el respeto de un pais, a periodistas como Jesús Cintora, para que no sea una empresa, unos intereses económicos la que nos imponga los temas sobre los que tenemos que reflexionar.
Ha seguido siendo político, ese señor que vivió de la política. Quienes reflexionamos y escuchamos mucho hechos informativos para intentar comprender un país, a veces zarandeado por intereses particulares, otras, insultado por esos voceros que cuando insultan a un político no comprenden que están despreciando a parte de los ciudadanos a los que debe gobernar. No hay matices entre descripción y desprecio, si no hay respeto. Otras veces, no olvidamos, quienes dicen quererlo, se lo venden a mercaderes para que les recompensen, pero eso sí, les financie las banderas y los himnos con los que riegan su exclusividad en una España que es diversa, con muchas diferencias que no la empobrecen sino que la enriquecen, porque en ese afán de encontrar puntos comunes debiera estar la labor de gobierno.
Abandonar la nave de un programa desde la que ir bajando a tierra, para comprender todos los matices, no es un acto de honestidad, si entre estos están los actos a corregir.
Aquí nos quedamos, para que nos señalen, si somos niños inocentes; pero con la palabra en la boca
¡No a la guerra! y a los mercaderes que las propician para enriquecerse en un poder que mata y un dinero que les faltará a quienes pierden que siempre son los trabajadores.
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