viernes, enero 08, 2021

Cartas y acentos

 Muchas veces me dejo acentos, comas o puntos. Me piden paciencia, relectura y crear butacas sobre las que descansen las palabras pérdidas. 

No se porque se enfurrulla el acento; le dejó libertad para que vaya fijándose donde puede recostarse mejor. Para mí, que él lo que quiere es tumbarse con la bartola, mejor. 

A mí, me parecía más apropiado que sepa distinguir un buen retiro, con un retiró el conocimiento para dejar paso al descerebramiento. 

Está claro que nos se van subir a un cable, ni tan siquiera de 28 centímetros, porque el solo balanceo de sus extremedidades y sus organos internos, les crea un desajuste en el que por varios días, van sueltos, con lo que no cuadra con su pulcra imagen. Ni ocho manos que tuvieran.

Primer objetivo conseguido: se refugían en las lecturas que en sus portadas ponen todos los dibujos, colorines y notas musicales que les hacen chupar el canto, mudo, de la página para adentrarse por sendas señaladas. 

Pudiera decirle una voz interior: ¿sin punto?. Él ya ha decidido que sí, que al menos para él, será una cuestión de coma y seguido. Todo lo sacará fuera de contexto. 

Dice por ejemplo: "por mis venas, desde que naci son nacionalista: sea estadounidense, español, catalán y por ellas, esa sangre está dispuesta a ser derramada". 

Claro todo esto me pega un vuelco que me despista. Me extraigo sangre, toda palabra la tiene, y la empiezo a analizar, y si no la llego a comprender, me ayudo de la hoja que me han dado para sacar conclusiones sobre el estado de mi próstata.

 Apóstata, me dice el señor, bien vestido, bien pagado, pero con el coeficiente de una pistola, a la que él aprieta, pero con voces superiores, melifluas que le cantaban nanas de nadas y arrullos de buñuelos.

 Yo no le contesto, estoy en un estadio de punto y a parte. Eso a él le ofusca ¿será porque oyó hablar de la fusa?. Se le apagan todas las luces y se va derecho al interruptor. Este le avisa, ahora las cosas son las que son inteligentes, si lo enciendes ahora, que tu no ves, te entra tembleque por la nevada y por eso, por los negocios, tu pagaras más. Ten en cuenta que es tu pais al que iluminas.

Me mira con cara de un martes y un trece y me tira, si le vacilo. No que va, demás tengo con dar más horas de las que me corresponden.

Él, mosca, qué no, que no es un acento volador, me culpa a mí que estos días la luz sea pagada un 27% más cara. 

En ese punto, simple, sin coma, ni punto seguido, ni punto y aparte, me lo quedo mirando; un poco más serio de lo habitual, no vayamos a exagerar. 

Esa es la pregunta que te debes contestar con respecto a esa sangre por derramar.

La exhibición impúdica que supone mi pago de una tárifa exagerada para que quienes son sus consejeros, algunos antiguos mandamases que parecieron favorecer a las empresas eléctricas, ¿es parte de mi súblime flujo interno?

¡Máldita la gracia que me hace!. 

He hecho un aparte, en este punto. Se lo he dejado masticado, pero para mí que cuando se tumba en el sillón y se acopla, en él, o en el de su señora deja preguntarse cosas y sólo está al disfruta. ¡qué son dos días!

Me podría dar igual esta historia; coma, me dice la señora. Su insistencia me hace que degluta, pero a lo que iba:

El señor dispuesta derramar su sangre, comas sin lógicas y puntos sin flotador por su amada tierra;

¿sabe si defiende a las eléctricas que al final no tuvieron patrias en su bingo ganador?; o ¿a los cruzeros de cruzados que llevan su dinero que revive su patria, a otros paises?

Mi carta no tiene rumbo, pero exigo cambiarlo. En un sillón, con su acento en la o, ruedo como golpeando paredes con las que topo. 

Todo lo tenía muy claro, por lo menos, así me lo han dado en el argumentario; pero ¡son los acentos!, leche ¡son los acentos! los que me vuelven loco

- no quiero los nacionalismo de otros; pero acentúo el mío; pero no por saber explicarlo con dos puntos:

   No digno, quien pide dinero para todos y condiciones dignas para los trabajos

   Digno, o ¡qué se yo, ya! quien evade los impuestos que debe pagar a hacienda y trapichea en nombre de mi estado.

   - No digno quien pide a los empresarios que paguen un poco más a quienes les generan beneficios, 0´30 céntimos más al día, a sus trabajadores

   - Dignos, unos empresarios, ¡espera, espera! que les subo más alto, al cúlmen: el punto y aparte de un capítulo, ¡lo máximo!; nombran de asesora de confederación de empresarios, con un sueldo de vértigo a una ministra de Trabajo, que no había trabajado más que en las entrañas de un partido, eso si, iluminada. 

El "angry" hombre, me vuelve a recordar su amenaza de "cambio de rumbo", ¡qué no me hagas pensar!, que mi sangre es nacionalista, de la auténtica, de la honestidad.

Yo, en este punto, le dejo. Hago un aparte y marcho, con el único deseo que deje de joderme con su sangre dispuesta a derramarla, sin saber los cuales, los quienes, los porques, los donde y los cuando de tantos y tantos matices.


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