domingo, octubre 18, 2020

Apuntes para una entrevista, 4 parte: la mula

  Cuando ya te has situado en un espacio concreto. Bajando del campanario donde veías mucho pero sin saber las cinco w de cada parcela; has conseguido un badajo que suene con naturalidad, sin añadidos de metales sucios y te has acercado a la tierra, sembrada de parideras que hace tiempo no son refugio, pero que con paciencia, se aprestan a ello. Entonces una día te dicen coge el motocultor. Eh, eh sin faltar, te revuelves. Te aclaran que es la mula. Ok, lo ves mejor e incluso piensas en el mestizaje. Vaya tela el burro, ¿Aún habrá esperanzas? y la yegua, con lo que a ti te gustan. Vale , aclaro no en el sentido zoofilico de la palabra. Demasiadas mentes calenturientas.

Por no desesperarse te aclaran que es, sólo, una máquina. Tu dispuesto, ves los campos y te dices: los hielos purifican pero labrarlos los ayuda. 

¿Qué es si no, la necesidades, primero de visualizar la persona masacrada por una violación, pero, también, al menor extranjero no acompañado que ha sido animalizado para ser atacado. Entre la manada de atacantes, se tiene que arar con la cultura y el conocimiento. Para que no sólo sea una bestia seguidista; también despersonalizado y convertido en un ariete que rompe convivencias.

No sabes cuántas pasadas debes dar, ni la profundidad a la que tienen que arar las vertederas para romper las raíces de los que odian y sus tentáculos pero el trabajo necesita ser paciente, concienzudo y "sisificativo", por eterno y repetido.

No sabíamos a donde nos llevaría, quizás hoy, a Mérida, para coincidir con gente que busca narrativas de visualización al otro desde la honestidad. 

¿Enfrente? El terreno es generoso y acoge las semillas del odio,la mentira, el pilatismo que se lava las manos, pero porque ha dado pábulo a mensajes invasivos en su estar en el medio perverso. 

No será fácil, pero la gasolina, si es gasolina: ¡Miralo bien! Está en el depósito y la cuerda para arrancar. 

No dudes, otra mentira está por el aire y terrenos yermos para aceptarlas porque piensan que serán, por fin, productivas, sin saber el mal que engendran

Empiezas, cada día y tu certezas deben ser enterradas para desaparecerte entre las respuestas de tu interlocutor, que siempre las pondría sus propios ropajes.


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