Al patriota que debe compartir su riqueza, saliendo en desbandada con maletas de triple fondos y líneas directas a paraisos fiscales, justificándose por la certeza que pontifica la pérdida de su dinero en un marasmo sin fondo. No ha encontrado en su lenguaje, las palabras justas para llamar a ese, "su horror", sanidad pública, a la que pretende sustituir por seguros privados, de ¡válgame dios! 15 euros al mes, que le abrirá la atención en cielos púlidos de inmudicias y pasajes a la eternidad. Horizonte sordo al himno de cuidar, valorizar, dotar de medios a una envidiada sanidad.
Memorizo los nombres
De nuestros dioses que, ellos mismos arcángeles, soplan sus trompetas en vulgares notas y lanzan sus enojos, no por explicarnos lo que ahora están defendiendo, sino porque cual bolas de adivino, (no por dios, no insinúo de sebo), proclaman advenimientos de terribles males. Si, perroflautas, descastados, con conocimientos equivocados, nos traerán la miseria por tantas y tantas vejaciones:
- Oh, cielos rotos que lanzan rayos; como puede ser que se les exija a los ricos que repartan sus ganancias para que las personas puedan ser tratadas como su nombre indica y no sean tiradas como migajas para que perros sin dignidad, les alaben babeando para que siempre caigan por su lado, y poder satisfacer sus codicias en la miseria.
- Oh becerros de oro, en cuyo advenimiento mutaremos, como pueden proclamar que llevando años y años en empresas eléctricas, jamás hayamos explicado porque no se puede romper una lógica que justifica ganancias obelíxticas para empresas engullidas por familias afines a regímenes con ataduras contra la democracia, a la que tanto mentan; y sin embargo no encuentren en nuestras "lenguas de madera" que hablan de un mundo en equilibrio, si siguen nuestras enseñanzas, (no, no para nada nacidas de nuestras taimadas incongruencias) en las tablas de la ley de nuestra religión enmanada de años de tratos con apostadores universales, que nos nombraron dioses, aunque sabemos que sólo por su delegación (les suelen afectar los focos)
- Oh, cañones de tantos y tantos ríos, con aguas, inclementes sierras que no permiten el perenne paisaje, como puede un personaje, sin embargo, permanecer inmutable y dar lecciones de democracia entre seres que su educación no les deja devolver la pregunta: ¿de dónde saliste elegido?. Y sin embargo, practican la recepción a cazo abierto, con seres que fueron proclamados también sus hermanos, para convertirnos a nosotros sus súbditos, en primos.
- Oh mostradores de trajes sólo para nosotros, de coches a la liberación, ¿cómo hostias, que ya uno pierde la compostura, no atraspastéis a todos esos jovenzuelos en cabeza huecas, ilusiones con tapias y futuros entre fustas, para que nosotros, sólo nosotros, eternos mancebos, si vale con panzas y mil operaciones, fueramos sus efebos deseados para sus poluciones.
No entendemos, decimos que nos vamos y se rien en nuestra puta cara. Menos mal que a otros hechizamos con palabros, tan huecos como ahora nuestros presentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario