Por Fernando Revuelta, en su entrega apasionada
En terrenos de ciénagas y alambradas que caían
Con pasos marciales que creiamos idos y vuelven
Para instaurar odios eternos a asesinados en la paz
Por la niña que inquiere al que caminó con el abuelo
Entre actos atados y bien atados, hasta la eternidad
Para que sepa que la queremos libre en encuentros,
Ante quienes repiten sumisiones de los amnésicos
Discutir, rebatir, con la vehemencia de la honestidad
¿quién se asusta o la utiliza para denostar, si es pura?
¿quién se crece calmo, si su vida fue una impostura?
Ante Él; el padre surgió en la palabra, desnudo,
sin artificio, apasionado, pero oyente y preparado, y él
se hizó caminante, nosotros, invisibles, mas acompañantes
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