2 días, y cuando pienso en agua, soy saciado, al igual de que al pensar, alimentos, suculentos platos aparecen delante de mí.
No se hace fácil explicar, el porque de mi salida al espacio exterior, con destino, dicen a un tal planeta Paradise (perdonen pero no tengo ni idea de lo que es eso). Todo bien, de hecho, paseando, yo tengo que pasear este donde este, me encuentros con caras conocidas de la revista de los ricos. Yo, me pregunto, ¿qué hostias hago aquí?, quien me viera un día especial en Berlín, se preguntaría si este era lo siguiente a desarrapado, de hecho alquien me miro con esa cara.
Pero ahora, pues ya llaves, lo más rico, miel sobrehojuelas, ¿qué ahí mejor que eso?; ¿cuántos millones de millones tienes? se dirije uno a mí. Estufacto, le devuelvo la mirada y le digo: oye que yo estaba en una sima donde los primitivos realizaban sus fogosos encuentros amorosos, para que percutiera menos sobre los oídos de los convecinos, porque allí ella me había llevado y si, estabamos en ello. Mi número es .......480
Él, a continuación mira una lista, y me confirma que todo eso ha sido un error. No debiera viajar al mundo de la excelencia. Especialmente, yo, como para dañarme me lo reafirma.
Abandonamos la Tierra, ya saben las naves hacen extraños compañeros de viajes para vivir en el nuevo Paradise, antesala, dicen unos, los más apostadores, del que ahí tras la muerte.
Hemos descubierto que el flujo de dinero nunca va a parar; los modernos esquiroles, se encargan ellos de reducir sus salarios y trabajar más para que con sus cohetes fletados por ellos mismos, nuestras ganancias lleguen intactas.
¿Alguien había soñado alguna vez con el paraiso? Pues nada que ahí nos vamos.
Yo, en pleno vuelo, como para justificarme me digo, yo ya no vuelvo, por no molestar, estaré en su nueva tierra, a su disposición. Viviendo ellos de puta madres, algo caerá, además lo mismo añoran un esclavo; pues nada, que sigo en ruta
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