domingo, diciembre 22, 2019

No lo dudes, vete

Su mente le debió decir que partiera, ya, no había ninguna posibilidad, sólo la de tener vida para descubrir nuevas realidades y contar tantas y tantas derrotas a las que habían sometido al ser humano, los voceros desenfrenados, desvergonzados y destructores del tejido social.

Acusadores contra lo inmediato y ocultadores de quienes abusaban de privilegios heredados unos, robados otros. Golpeaban todas las pantallas para que les abrieran las luces, y si en su barro, rebañándose con el ansia que siempre habían mostrado para adueñarse de todo, no podían despegar para hacerse visibles, encontraban la manera para levantar las manos y parece que les estaban reteniendo.

Eran un número, carraspeaban, golpeaban asientos, retozaban por todos los lugares posibles. ¿Qué había detrás de tanto aspaviento?. Nada, absolutamente nada, y quizás, desgraciadamente el absoluto vacío lleno, porque su entrega era al poder universal, sin fronteras, a ese que odia los impuestos porque les quiere ofrecer al jubilado gratificado, la mejor de las oportunidades, ganancias ciegas, sin humanidad alojados en fondos buitres, que, por ahora, anda buscando un nombre guay, que deje de denominarle tan certeramente.

¿En qué locura andaban metidos los ciudadanos para permanecer pasivo al riego de estas sociedades de alto rendimiento con la dignidad de las personas que buscaban una vivienda digna que a la vez les permitan desarrollar sueños, no encerrados en cárceles de deudas crecientes? ; ¿Era sólo que les habían puesto antojeras con colores patrios y riendas con soniquetes marciales?.
En los meandros del río en el que viajaban, había momento para tantos y tantos ruidos que los golpes recibidos en sus naves eran tapiados con musgos y arenas que las aguas irían corroyendo pero que por ahora les servía para imaginarse dueños de un futuro proyectado en tapias de brozas y herrumbres de estructuras oxidadas por tantas y tantas corrupciones.

Aparecía, por fín, el espectro del pasado; de los tiempos de traiciones, mercadeos y opresiones. Zapatos de clavos para disimular marcialidad cuando era bajeza y no respetar la intelectualidad que le era ofensiva porque su mente estaba pendiente de cobrar los dividendos de sus traiciones. Vidas gorroneando por mor de disfrazarse de una pretendida mirada límpida y soleada, en las tinieblas de sus actos basura



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