miércoles, diciembre 25, 2019

Relaciones

Surge de nuevo la imagen de seres marginales deglutiendo sus locuras sobre seres a los que no comprenden, a los que les han animalizado. Los protagonistas de "The act of Killing" pasean sus terrores, sus impasibilidades, su animalización por los platós donde creen protagonizar historias épicas, historias de gangsters (a los que traducen como "hombres libres", culmen de análisis psiquiatrico "sin sensum").

Podría ser tristeza por seres inválidos al sentido común, pero no, es pavor, un desértico desasosiego que impregna la visión de esos seres vulgares, con capacidad para ser elevados a la categoría de ángeles exterminadores, pero ¿para quién?

Y entonces en filmin, me señalan, esto si en una película, la precuela: Margin Call", Apostadores, soñándose dioses, manipulan datos de una economía global, que necesita países, donde ejecutar sus desquizamientos. Necesitan locos, impregnados de nacionalismos sin seres humanos, que defiendan patrias, banderas, himnos, hijos no nacidos, porque jamás querrán defender las comunidades donde el equilibrio, cimenten las relaciones de las personas; donde las telas sirvan para parar la sangría que los fríos producen en las vidas de los que no tienen recursos; donde las canciones, sean polifónicas, aunándose para danzar con los cuerpos que tienen mentes que no caminan por lo que algunos quisieran establecer; donde dar oportunidades a la juventud, que está ahí, a la vista, si es que de verdad eres un ser de corazón en mente, interesado por la vida para que le facilites su educación necesaria, sus recursos suficientes, su vivienda dignidad. Pero no, mejor el abismo, porque tú, jugador global, tienes las claves de los puentes móviles, que sibilinamente va crivando besos, como granos de arena, para reducir costes, y aumentar las ganancias.

Límpidas chaquetas, de telas de billetes de sangre, que lucen pulcras, porque jamás se asomarán a las calles donde la decadencia fue coronada reina y sus esbirros, soñándose sobrevivirse, sólo un pequeño tiempo más, ejerció de matarife para desviar las atenciones de sus timbas asesinas, en torres edificadas en hechizos de mentiras sazonadas en franelas y trajes de diseño

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Siameses y mercader

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Zaida, Fernando y