sábado, diciembre 14, 2019

De boda

Leo un pequeño teatrillo de Juan Mayorga, en realidad, creo que él debió estar en mi boda, pues describe con pelos y señales, lo que allí pasó.
No debiera saberlo, me dirán ustedes. Ya, el problema es que mi mujer quiso hacer un video y claro, hoy en día están los creativos, caros, pero snobs y muy suyos que nos presentan una realidad maravillosa ante la cual, ¿nos reconocemos?
 Yo le dije, tu verás pero así no vamos  a sacar para ir al pueblo de al lado, que era donde habíamos prometido que haríamos nuestra primera jodienda, por supuesto, oficial; por años, nos habíamos hurgado, cada uno con entusiasmo, cada uno de nuestros puntos, no  "gs", sino "j" por la juvenil entrega que nos había mostrado. Ella me dijo, el vídeo les va a gustar la hostia, nos van a tener en su memoria el resto de sus vidas.

Y efectivamente, nos tienen en su mente, pero también en su hostia que se les ha puesto, por haberles mostrado como en un confesionario, todo lo que allí, por arriba y por debajo de las mesas, se dijo y se hizo.
Claro mi única solución, ante el tema de las fakes news, es decirles que ha sido un montaje, no de los barriobajeros que hacen periodicuchos que se sienten inmunes ante lo zafio porque les protegen sus primos de zumo sol, sino de esos que te hacen sonreír, por su mala baba pero exhalada con finura de mentes cortantes ante lo burdo.

En una mesa el comienzo  de nuestro video es maravilloso, ¿quien puede esperar que un fondo buitre nos salude a la cámara?, ¿cómo?, si, efectivamente, con la mano porque con la cabeza no puede atendernos, ha metido el pico en los manjares que le han preparado esos conocidos; si, ¿qué pasa? si a esos, los he tenido que invitar, aunque luego nos arrojan con sus mezquindades y mentiras a las garras de esos buitres, inhumanos.

Yo lo comprendo, tú le miras y por momentos se te presenta un hombre con chaqué, bien embutido y lozano como de la zona de Trevelez, donde irá a curar su cutis. Si tu te acercas a él o te dejas restregar por su mensaje, no percibirás que las vetas de su mensaje son negras. A ti, te deslumbran los colores aplicados en las modernas técnicas, en las cuales pareciera que apoya una gran causa, que aparece en páginas de prestigio, que está por crear un mundo mejor. El mensaje de 24 horas de belleza, tiene cortocircuitos donde tú ves la negrura que se va imponiendo, impune, troglodita sobre aquellas lonchas que te aparecían 5j o 5G, que en estos momentos igual te dan
De los graznidos de los fondos, detrás de la belleza de sus inmensas alas, podemos contemplar, también, a la impoluta la escuela concertada; me diréis joder, no te has dejado a ninguna de tus obsesiones por invitar a tu enlace. Ya veis, a mi es que me dicen libertad y es que me entra un cosquilleo por el que me dejo masajear por horas. Y ella mi nueva amiga la Concertada, estaba un día tan pletórica, dando lo que vosotros decís limosna, pero allí en aquel espacio de paz y equilibrio pareciera sólo repartir dádivas, desprendiéndose de parte de su cuerpo.

Hoy, en el visionado del video, lo he comprendido un poco mejor. Sus botones absorben la comida de los que están a su alrededor y es más, me he escandalizado porque claro durante la boda me extrañaba que se levantara tanto. No conocía a nadie, me había dicho, pero era un no parar ese día. Así fue, que algunos de los invitados me pidieron que les devolviera el sobre con el dinero que me habían dado, para reajustar la cantidad “donada”, yo creía que sería para bien, pero menudo bajón; nos quedamos en el barrio, lo dejaron el sobre temblando. Alguien me recrimino que hubieran sido tan escasas las cantidades en cada uno de los platos. Yo les contestaba que no, porque lo conocía, le dije al del bar que debería ser como una boda gallega, a lo grande. Pero claro, la Concertada, porque yo soy así, había colado a 6 amigas de forma estratégica; una llegó, con un deportista de élite, a mí, me felicitaron los demás; yo, me dije, que hostias hace él aquí. Otra de las Concertadas, trajo a un actor, luego me enteré que era porno, y claro, los camareros se me quejaron de que había puertas cerradas, por largo tiempo y que si eran los cantantes de después se iban a quedar sin voz, porque aquellos sonidos que por allí corrían eran más bien alaridos y golpes de desmayo.
Así que hay tienes a todas, apostadas para comer de cualquier latitud y de cualquier descuido; eso sí, sus maneras, sus maneras, ¡Madre mía! ¡Qué maneras! Embobaban a todo el mundo. Como sería que en mi postración ante dicha señoras, que mi mujer me dijo, porque lo veía venir, ni pensar que hacemos un trío, tú y tus delirantes sueños. Vamos, que me tuve que arrodillar para decirla que no era lo que pensaba. Aunque ella, estaba ya lanzada y me dijo: no, tonto, ahora no, que me gusta que me lo hagas pero lo mismo se te ha quedado alguna raspa en la lengua y la liamos. Más gritos, no, con los sonidos de las toilettes tenemos bastante.
El remate del video, por no alargarme, porque sería digno de una película de esas americanadas, fue mi primo de América, del norte, de Canadá, me había dicho que venía con una ballena; yo le reprendí, pensando que a lo mejor su mujer había tenido una mala época, pero que la tenía que nombrar por su nombre. Él me dijo, bueno, si no te opones, yo la traigo. ¡En qué hora!, era una Orca, si de las asesinas



La imágenes, la muestran metiéndose con todo ser viviente, excepto, y ahora me doy cuenta, con unos cuentos especímenes. Primero con personas de color negro, luego con mis primos árabes. Ya sabes si los reyes son hermanos, nosotros primos, por eso me anime a llamarlos. Luego con mis hermanos, si esos que han contrahecho pisos, fuera de lo que, se suele decir, “lo que dios manda”.
La cola de la bestia inmunda que me trajeron no dejaba de destrozar todo, incluso la ilusión de mostrarme como un ser normal, pues tantas y tantas veces me habían achacado lo contrario.

En aquellos momentos, de la boda, no sabía que duraban tan poco, pues en una de estas veces, que mi amada me había reclamado para hacer de bombero de sus fuegos, me agota, pero me gusta, al aparecer por debajo del mantel, vi ya, muy poca gente, yo extrañado me acerqué a esos, que parecían alienígenas en mitad de aquel despiporre. No le di importancia, pero repasándolo ahora en el primer visionado, me he arrancado los pelos. Quedaron como dueños del fregado, los fondos buitres, Las Concertadas y la Orca, la jodía Orca, que disfrutaba llevando a tan patibularios seres y además amenazaba con cocear a cualquier que se acercará ni tan siquiera por despiste.

Ah, ¿mi señora? Bien gracias. Se ha ido a Cuba. Yo fregando, tras el video, me han empezado a llegar los pagos en los que me he metido. Si al menos ella disfruta

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