Leo un pequeño teatrillo de Juan Mayorga, en realidad, creo que él debió
estar en mi boda, pues describe con pelos y señales, lo que allí pasó.
No debiera saberlo, me dirán ustedes. Ya, el problema es que mi mujer quiso
hacer un video y claro, hoy en día están los creativos, caros, pero snobs y muy
suyos que nos presentan una realidad maravillosa ante la cual, ¿nos
reconocemos?
Yo le dije, tu verás pero así no
vamos a sacar para ir al pueblo de al
lado, que era donde habíamos prometido que haríamos nuestra primera jodienda,
por supuesto, oficial; por años, nos habíamos hurgado, cada uno con entusiasmo,
cada uno de nuestros puntos, no "gs", sino "j" por la
juvenil entrega que nos había mostrado. Ella me dijo, el vídeo les va a gustar
la hostia, nos van a tener en su memoria el resto de sus vidas.
Y efectivamente, nos tienen en su mente, pero también en su hostia que se
les ha puesto, por haberles mostrado como en un confesionario, todo lo que
allí, por arriba y por debajo de las mesas, se dijo y se hizo.
Claro mi única solución, ante el tema de las fakes news, es decirles que ha
sido un montaje, no de los barriobajeros que hacen periodicuchos que se sienten
inmunes ante lo zafio porque les protegen sus primos de zumo sol, sino de esos
que te hacen sonreír, por su mala baba pero exhalada con finura de mentes
cortantes ante lo burdo.
En una mesa el comienzo de nuestro video es maravilloso, ¿quien puede
esperar que un fondo buitre nos salude a la cámara?, ¿cómo?, si, efectivamente, con la mano porque
con la cabeza no puede atendernos, ha metido el pico en los manjares que le han
preparado esos conocidos; si, ¿qué pasa? si a esos, los he tenido que invitar, aunque luego nos
arrojan con sus mezquindades y mentiras a las garras de esos buitres, inhumanos.
Yo lo comprendo, tú le miras y por momentos se te presenta un hombre con
chaqué, bien embutido y lozano como de la zona de Trevelez, donde irá a curar
su cutis. Si tu te acercas a él o te dejas restregar por su mensaje, no
percibirás que las vetas de su mensaje son negras. A ti, te deslumbran los
colores aplicados en las modernas técnicas, en las cuales pareciera que apoya
una gran causa, que aparece en páginas de prestigio, que está por crear un
mundo mejor. El mensaje de 24 horas de belleza, tiene cortocircuitos donde tú
ves la negrura que se va imponiendo, impune, troglodita sobre aquellas lonchas que
te aparecían 5j o 5G, que en estos momentos igual te dan
De los graznidos de los fondos, detrás de la belleza de sus inmensas alas,
podemos contemplar, también, a la impoluta la escuela concertada; me diréis joder, no te has
dejado a ninguna de tus obsesiones por invitar a tu enlace. Ya veis, a mi es
que me dicen libertad y es que me entra un cosquilleo por el que me dejo
masajear por horas. Y ella mi nueva amiga la Concertada, estaba un día tan
pletórica, dando lo que vosotros decís limosna, pero allí en aquel espacio de
paz y equilibrio pareciera sólo repartir dádivas, desprendiéndose de parte de
su cuerpo.
Hoy, en el visionado del video, lo he comprendido un poco mejor. Sus
botones absorben la comida de los que están a su alrededor y es más, me he
escandalizado porque claro durante la boda me extrañaba que se levantara tanto.
No conocía a nadie, me había dicho, pero era un no parar ese día. Así fue, que
algunos de los invitados me pidieron que les devolviera el sobre con el dinero
que me habían dado, para reajustar la cantidad “donada”, yo creía que sería para
bien, pero menudo bajón; nos quedamos en el barrio, lo dejaron el sobre temblando. Alguien me recrimino que
hubieran sido tan escasas las cantidades en cada uno de los platos. Yo les
contestaba que no, porque lo conocía, le dije al del bar que debería ser como una boda
gallega, a lo grande. Pero claro, la Concertada, porque yo soy así, había colado a 6 amigas
de forma estratégica; una llegó, con un deportista de élite, a mí, me
felicitaron los demás; yo, me dije, que hostias hace él aquí. Otra de las Concertadas,
trajo a un actor, luego me enteré que era porno, y claro, los camareros se me
quejaron de que había puertas cerradas, por largo tiempo y que si eran los
cantantes de después se iban a quedar sin voz, porque aquellos sonidos que por allí corrían eran más bien alaridos y golpes de desmayo.
Así que hay tienes a todas, apostadas para comer de cualquier latitud y de
cualquier descuido; eso sí, sus maneras, sus maneras, ¡Madre mía! ¡Qué maneras!
Embobaban a todo el mundo. Como sería que en mi postración ante dicha señoras, que mi
mujer me dijo, porque lo veía venir, ni pensar que hacemos un trío, tú y tus delirantes sueños.
Vamos, que me tuve que arrodillar para decirla que no era lo que pensaba.
Aunque ella, estaba ya lanzada y me dijo: no, tonto, ahora no, que me gusta que
me lo hagas pero lo mismo se te ha quedado alguna raspa en la lengua y la
liamos. Más gritos, no, con los sonidos de las toilettes tenemos bastante.
El remate del video, por no alargarme, porque sería digno de una película de
esas americanadas, fue mi primo de América, del norte, de Canadá, me había
dicho que venía con una ballena; yo le reprendí, pensando que a lo mejor su
mujer había tenido una mala época, pero que la tenía que nombrar por su nombre. Él me dijo, bueno, si no te opones, yo la traigo.
¡En qué hora!, era una Orca, si de las asesinas
La imágenes, la muestran metiéndose con todo ser viviente, excepto, y ahora
me doy cuenta, con unos cuentos especímenes. Primero con personas de color
negro, luego con mis primos árabes. Ya sabes si los reyes son hermanos,
nosotros primos, por eso me anime a llamarlos. Luego con mis hermanos, si esos
que han contrahecho pisos, fuera de lo que, se suele decir, “lo que dios manda”.
La cola de la bestia inmunda que me trajeron no dejaba de destrozar todo,
incluso la ilusión de mostrarme como un ser normal, pues tantas y tantas veces
me habían achacado lo contrario.
En aquellos momentos, de la boda, no sabía que
duraban tan poco, pues en una de estas veces, que mi amada me había reclamado
para hacer de bombero de sus fuegos, me agota, pero me gusta, al aparecer por
debajo del mantel, vi ya, muy poca gente, yo extrañado me acerqué a esos, que
parecían alienígenas en mitad de aquel despiporre. No le di importancia, pero
repasándolo ahora en el primer visionado, me he arrancado los pelos. Quedaron
como dueños del fregado, los fondos buitres, Las Concertadas y la Orca, la
jodía Orca, que disfrutaba llevando a tan patibularios seres y además amenazaba
con cocear a cualquier que se acercará ni tan siquiera por despiste.
Ah, ¿mi señora? Bien gracias. Se ha ido a Cuba. Yo fregando, tras el video,
me han empezado a llegar los pagos en los que me he metido. Si al menos ella
disfruta
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