Estamos en plena semana de la Deuda. No sabemos si están tan ocupados como el año pasado o tan vigilantes los que sirven copas, pero la sociedad avanza, en medio de tantas mentiras, sirvengonzerías y tejesmanejes.
Los trompetas de los dueños, dispersan atenciones y claman la belleza de su estulticia, mientras los segundos van recibiendo recompensas.
Las teles repiten tobillos, rodillas, caderas, besitos entre sus marionetas. Pareciera una sociedad anestesiada, porque además algunos parecen clamar en el desierto y hundirse en sus porosas arenas. Y sin embargo, abajo, entre bocanadas por los respiraderos abiertos, parecen encontrarse la base que diera una sociedad más justa.
Transparencia cuentas públicas
La lógica fue mascada por el ansioso, que si en su percepción, se volviera peligrosa la realidad, daría aire a la paranoia para pescar en la desesperación de un futuro no fácil. Triste es ver el auge de las concepciones xenófobas y ultraliberales en países como Francia, Inglaterra, tras haber permanecido está, sin ninguna merma, en nuestro estado
Y entonces, nos surgen la necesidad de dar pequeños pasos, aunque en nuestra mente tuvieramos la solución (miedo decirlo) "final"; pero no, alrededor de nuestras decisiones están las de otros, poderosamente opuestos, o por convicción, o por glotonería, o por absolutismo emanado y te das cuenta de su inmensa influencia y, si, valoras pasos, como los del grupo de Econoplastas, que nos proponen un curso con ese sugerente nombre.
Economía para la acción
Si, no esperar, intervenir en tu vida para cambiar la sociedad.
Esperanza de la piedra, en el Himalaya de la codicia, pero belleza propia cuando se comparte el espacio con esa pequeña piedra
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