miércoles, octubre 16, 2013

Payapeutas, magos de nuestras escondidas cartas

Una de pastillas, pidió aquel
¡Marchando una de sonrisas,

¡No, no, pastillas, química segura!

Ya, ya, quiero dosis de risa, ni cuarto, ni mitad
¡entero! salirse de uno mismo, ser traspasado
para decirle al que sufre una poesía que abraza,
una locura realizada, con patas de tarta en lata
una brisa con beso que ilumine el ventanal opaco .

Compartir la caricia de una mano iluminada
¡no sólo atrapado en el lóbrego dolor robotizado!
Ver nubes pintadas, pizarra para dragones de agua
Oler la ola de espliego a punto de ver la hoz afilada
Paladear, las suaves hierbas con escarpadas cabras
Crear un circo que haga cisco las taimadas espadas

¡Ya! ¿Pero tu te lo aplicas?

Payapeutas

Lo visto no habiéndolo aplicado, me pregunto ¿quien soy yo, para negarme a tomar esta dosis de otoñal mejunje que alivie la parálisis de esta sociedad tomada?

Aunque navegara a Itacas, si no parará en estos puertos, ¿dónde encontraría la estrella que me guiara para danzar con Cíclopes?

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