lunes, diciembre 23, 2013

Vestirnos cantando

Pero ahora, no sé como acudir allí. Me he convertido en mujer, si ya sé que a algunos hombres "happy" no debería hacerles caso; pero que quieres que te diga, se sentó, me miró con cara de feliz disciplencia ensimismada y bueno, yo, bueno, hacía tiempo que no me comunicaba con nadie, así que fue decirme eso, y empezar a transformarme en la mujer que todo hombre quiere ser, me afirmaba él; a veces encontramos a esos hombres, me dijó, que alargaron sus vestidos para acercarse a aquellas mujeres que desearon ser, durante mucho tiempo. Mas no pudiendo, soñaron poseer sus frutos como el búho otea en la noche cegada para dar comida a sus polluelos.

Ahora yo, ya ella, y él, entusiasmado por, al fín, haber encontrado un ser humano que no le considere un cretino mercenario; creemos haber formado un dúo letal, capaces de ir transformando la sociedad poquito a poquito. Quizás nuestros primeros clientes-réhenes sean los millones de cuerpos atrapados en sus años, que están ante los plasmas a merced de tantas y tan tontas ideas.
¿Por qué no ofrecer nuestra extraordinaria visión?, él dominará los úteros como ya domina mi mente y yo soñaré parir desde mi macarrónica mente. Si todo es beneficio para ellos, como confieso ha sido para mí, ¿en qué van a encontrar las pegas?:

Mi incipiente calva ha sido trasvestida por las pelucas que adonan las preclaras mentes que visitaron sueños

Sweden was a good time

Los miles de achaques serán retozados por los titubeantes pasos de los nuevos exploradores. Las taradas voluntades serán mecidas por el apacible ritmo de las  letanías repetidas y bueno, si conseguimos que tras ellos, podamos aparecer dueños de estadios siguiendo símbolos fabricados, algún día habremos conseguido lo soñado, por ese ser iluminado por estrellas, seres además, marcados como borregos. Más ¿qué? si cada uno podemos caminar muy juntos, juntísimos, pero sin nunca confluir, ¿para qué?, si hasta las flores nos hacen cosquillas.


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