los conflictos del Belén. Brillante relato de Luis García Montero. No es tan fácil, ¿a que no?
¿Quien se atreve a entrar en estos momentos?;
- Ah, yo, yo que me encuentro tan feliz y me voy a comer unos percebes que te pasas
- ¿Vas seguro? mira que no acabo de ver tanta tranquilidad cuando los días son tan oscuros.
- Oh, no te preocupes, aunque en los días reine las tinieblas, sin embargo nosotros encendemos a tope la luz; no para que vean, sino para que les deslumbren y se paralicen.
- Ah ya! por eso el efecto es inmediato, todo está apareciendo: los pobres que se hacen más pobres, los ricos que copan todas las autopistas de la vida desde donde se agradan la riqueza con los peajes; los políticos que se han demostrado a si mismo que no son representantes del pueblo, sino los constructores de sus camisetas hooligans con la que son defendidos de sus más abyectas acciones, con una impunidad que atemorizaría a los protagonistas, siempre en la cuerda floja, de "El Padrino"; ya hubieran querido estos, a pesar de sus despiadadas acciones, haber sucumbido sin el bisturi del ultimo momento de terror que es ver como a toda una sociedad adormecida le disparan por la espalda, con armas adornadas con oros y brillantes lucidas en plasmadas publicidades. Ellos que morían en los arrabales de su actos, soñaban la impunidad de directores, cargos, manipuladores y bocazas
- Bueno, me pierdo en lo que estas diciendo pero hoy, repito, es un día para estar alegre, los correos vuelan en los humos de internet, las calles están llenas de cajas abiertas, ya sin nada dentro, los cánticos nos ensalzan en nuestro orden, por eso concedemos los aguinaldos.
¿Por qué tan generosos con ellos?
- Lealtad mútua, códigos; siiii, si nos glorifican ¿por qué no darlos?
- Pero, en algunos sitios con muchísima menos luz, las cosas caminan
- Te repito, nuestra sobreexposición en estos momentos, es porque pronto todo habrá acabado y nosotros continuaremos y ellos, o vosotros, o quienes cerráis los ojos para ver, no volveréis más, por yacer en el amasijo de piernas, brazos, cuerpos, en el que os transformáis cuando pensando tanto, no veis. chocando
- ¿No temes que tu castillo haya sido horadado por vuestros pasadizos secretos?
- No te preocupes, a través de ellos, habremos llegado a los paraísos terrenales.
- ¿A esos que prometéis a vuestros abducidos?
- No seas vulgar, lo nuestro están en casa adornadas con aguas de perlas, peces puros, sonrisas agradecidas por el pan que les damos, aunque para ello destruyamos sus preciados animales.
- ¿Estáis seguro que os quieren?
Les puedes ver con esa franca carita a nuestros lado; con nuestra arma y nuestra pieza abatida; sublime el momento de comunión con el pueblo.
- ¿???? y dices que no apagaréis la luz
- Pero ¿estás ciego, no ves el fiestón que nos pegamos?. A veces, quemamos, algún estúpido, pero incluso ese merece nuestra limosna, que ¿por qué? porque habla, se hostia y calla, pero contumaz vuelve a las andadas, repite cual loro lo indicado, y aguanta la cara y otro poquito de aguinaldo y calla, y así una y otra vez, es muy agradecido.
- Es, es, es....es..........., es..............
- Si, majete la vida, y nosotros la dirigimos
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