jueves, enero 30, 2020

Si es para alimentarse, carnecruda.es


Carnecruda.es, es la opción adecuada. Si volviera a vivir cada una de las semanas en las que se ha emitido este programa de radio, creo que podría decir que sus temas y el tratamiento de los mismos son maravillosos. Estas últimas semanas, llegan al apoteosis, no sé si es porque lo tengo más presente este momento o porque la barra de linimento que he aplicado sobre mi cuerpo, ha conseguido mayor sensibilidad. El caso es que el perro que me tuvo durante 48 horas esquinado en aquella mansión a la que no debía haber entrado, aparte de enseñarme los dientes, me acercó una silla para hacerme la espera más corta. Yo, tanta amabilidad no la veía clara, de hecho le dije a mi secretaria que saliera en busca de ayuda; para mí, que entendió que la ayuda era para ella y que se alejará de aquel momento tan surrealista.
Heme aquí, que ya sentado, empiezo a oír el programa sobre Tom Waits, donde a partir de un libro que han escrito dos hermanos, se hace una disección de todo lo que significa este cantante a todos los niveles . Yo, que profundizar poco, eso me decía alguna, empiezo a ver la importancia de este personaje y la influencia de Katleen Brennan en toda su evolución.
Me prometí que buscaría días de reposo (¿cuándo?), sin lectura, sin ejercicio, sólo para asimilar sus letras y sus cadencias que es como siempre me ha entrado la música inglesa. Mientras, allí, en uno de los momentos iban desgranando cada uno de los porqués de ese inmenso compositor. El can, al menos parecía haber relajado, no sé si tanto como yo, pero al menos cogió hilo dental y dedico un tiempo a sacar todas las guarrerias entre los colmillos. ¡Madre mía que cosas sacaba! En esos momentos, no lo asocié con algún personal. Soy así, la meditación y la relajación me lleva a esos estadios, ya que a los de fútbol deje hace tiempo de ir.
Pasaba el tiempo, y claro, oigo voces, implicaciones, enfrentamientos verbales, palabras mal sonantes, gestos de angustia acompañados por palos relajadores, siluetas fornidas sin ninguna dimensión en la parte superior del cuerpo y empiezo a aguzar el oído de otra manera. Hasta ese momento, escuchar e intentar entender el inglés que sale entre las brumas de la cavernosa voz del artista norteamericano, me había supuesto un esfuerzo extra. Entender ahora en castellano, todas las imprecaciones lanzadas como hordas con un cierto orden, pero sin ningún concierto, me era en esos momentos traumático. De todas maneras, fueron unos segundos de sosiego los que me introdujeron en el tema. Había, Javier Gallego, tratado en un programa posterior el tema de los solares okupados en diferentes ciudades y las dinámicas y las lógicas que se siguen en esas acciones.
En esos momentos, el perro andaba un poco alterado y creí, por un momento, que eso lo acercaría más a mí, pero no en la forma que las buenas palabras parecieran querer. El caso es que puso orden, en aquel maremágnum de palabras arrojadas por los tirachinas que manejan los manipuladores de la información y pareció decir: escuchad a todas las personas a la que se están acercando este periodista. El buen periodismo, no te da marca los pensamientos, te abre las perspectivas que rodean a esos solares, en este caso, y tú te tienes que razonar los miedos a los que te han arrojado los que mezclan churras con merinas.
En esos momentos, crecía en mi un maravilloso entusiasmo, pero no se vayan a creer que fue por el siguiente programa que oí, el satisfayer es de difícil aplicación, en el cuerpo masculino y su tratamiento muy profesional y en estas cosas, uno, en fin, demasiado amateur

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