martes, agosto 27, 2013

¿Dónde estamos?


Leo en un tuit que se considera que todos los grandes medios de comunicación de este país están en manos de la derecha ansiosa, sus bufones dicen las bufonadas escritas y mandadas. 
Habla el dueño y poseedor del ultimo reductor de ser respetuosa su cadena adquirida. Como si la verdad no fuera respetuosa, ante la insidia,  el acoso y lo canalla. 

Si un gobierno no respeta a sus ciudadanos y asalta una televisión pública, en la que su opinión tenía peso por el porcentaje  que se consensuó en su momento, premiada por su lucha por la imparcialidad, ¿Podríamos decir que es un gobierno de tintes fascistas con necesidad de crear un mundo artificial donde él es el bueno?. ¿Son esclavos jefes que buscan darse y dar a sus descendencias la posición dominante, en un mundo que en las mañanas de pesadilla descubres que están en manos como estas?:

Los riesgos de no pagar: Argentina y los fondos buitres
Cómo muchos recordaran, Argentina hizo suspensión de pagos de su deuda en 2001, después de décadas de seguir los dictados del FMI y de situar su economía (y su población) al borde del abismo. Argentina aprovechó la suspensión temporal de pagos para renegociar su deuda privada y parte de la deuda bilateral (con otros países), así como para acumular reservas suficientes que le permitiese pagar la deuda con el FMI. La suspensión temporal de pagos permitió al gobierno argentino concentrase en revitalizar su propia economía, que se recuperó centrándose sobretodo en la exportación de soja, aún a costa de los derechos de comunidades campesinas y de la sobreexplotación de los recursos. 

 
En cuanto a la deuda, en lugar de repudiar la deuda odiosa de la dictadura y analizar a través de una auditoría la ilegitimidad de las deudas posteriores, el gobierno optó por ofrecer a los mercados dos canjes de bonos de deuda con una importante quita y un retraso de los vencimientos. Con esta operación (realizada en dos fases en 2005 y 2010) se consiguió que el 93% de los tenedores de bonos (acreedores privados) aceptaran la quita, perdiendo parte de su inversión (hasta un 75% en algunos casos). Pero los bonos argentinos se emitieron con una cláusula por la que el gobierno argentino acepta la jurisdicción de los tribunales de otros países en posibles controversias relacionadas con la deuda. Este tipo de cláusulas, habituales en otros países, ponen en peligro la soberanía del país, cómo se ha visto en el caso Argentino.
 
En el caso Argentino, la mayor parte de los bonos que no entraron en el proceso de quita acabaron en manos de los llamados fondos buitre, que los compraron al 2 o 2,5% de su valor. Este tipo de fondos de inversión compran deudas que son prácticamente incobrables para posteriormente llevar a los tribunales al gobierno que o bien ha dejado de pagar o bien ha negociado una quita del valor de la deuda. En estos procesos los fondos buitre reclaman el pago del 100% del valor nominal de la deuda más intereses. Los fondos buitre Aurelius Capital Management y NML Capital interpusieron en noviembre de 2012 en Nueva York una denuncia contra Argentina reclamando el pago de total de una deuda recomprada en su momento a precio de ganga, lo que en el caso argentino puede llegar a 1.400 millones de dólares. El caso argentino supone un hito histórico no sólo por la cantidad de dinero en juego (y por poner a Argentina contra las cuerdas) sino porque una sentencia desfavorable para Argentina supondría un peligroso precedente para otros países empobrecidos así como para países europeos como Grecia.  

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Siameses y mercader

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