viernes, enero 31, 2014

el parquimetro

Ahí ha sido mi último choque, me hago el tonto, para parecer que no me entero, que mi pareja cabalga caballos agitados en verdes estimulados.

Troceo mis pelos para dejar estimulos por mis adns exclusivos. No, no escupiré donde me veáis, aunque si expelo mis babas sobre los cadaveres provocados.

Escondo talego llenado, si, ¡qué pasa!, engordado a través de grasientos buzones difericertados.

Claman, enfurecidos entre ellos, por mi pelo engominado, je, je, no saben que sus palabras chocan ante muros acolchados y yo, exhibo en avionetas, con hasta los vientos paralizados, inmúne y bello mi tocado.

Traspasan con cuchillas las hendiondas entretelas de su debiles caducos poderes, creyéndose de elefantinas pieles, para degradarse en sus fallos, mientras yo, mostrada soy:

Incólume, Intrépida, Inmaculada, Intocable aparecida mi tez, transplantada en plasmas, floreciente entre jugadores de éxito, de verdades para la eternidad, de horizontes en blues; o yo; principio y final, para quienes declinaron ser.

Y así, reinando entre coces y juergas que pasan por el pisuerga, trasmigra mi opulencia, por supuesto, hormigoneada mi indecencia, para ser coronada mi demostrada supervivencia


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