Si, si, estoy ahí, pero tú, ¿por dónde andas?
- No me preguntes mucho, pero ha sido de película. Llevó dos días que me han cambiado la llegadas de tres formas diferentes.
- Pues ¿cómo?,
- Uff, primero me dijeron que llegará por el aire. La gente está ya muy acostumbrada. Te esperan e incluso como les han regalado alas
--ehh!!!!!
- Si, no me digas de que pues, en ellos parecen de diablos, pero bueno, podía ser. El caso es que se lo dije por activa y pasiva, que va a nevar, que el viento nos puede arrastrar muy lejos. No querían, pero para nada en el mundo. ¡qué si la gente ya esta acostumbrada!, ¡qué ya tenemos nuestras cosillas colaterales! (insaciables, te lo digo, insaciables); pero claro la cosa estaba peligrosa. Y en esto que les he ofrecido, rellenar aquel valle. (...) pues de agua, de que va a ser.
¿No será muy dañino?, me preguntan.
Bueno, creo que ustedes tienen la maquinaria para aprovechar esas pequeñas desventajas. Decírselo y oye poner a hacer números; pero como locos, por aquí, por allí, a aquel relojes; a aquella, juegos; a aquestos otros, viajes con tiros. ¡Qué te digo que no había visto hace tiempo trabajar a esta gente tanto!
El caso que claro me quedaba convencer al "censor" (que mira que me fastidia decirlo)de la opción y allí, me ves con suficiencia (hace dudar al enemigo) donde estaba el pantano y convencer al de siempre. Y otra vez, que le he tenido que dar dos leches y rematarlo ¡Qué no quería el capullo!, que honor, que tiempo pasado, que vidas, que no al dinero con sangre. Mi pregunta es: ¡pero como siempre va a caer en la salvaguardia de la compuerta un tío integro y a la vez, siempre tenemos al voluntario que lo mismo le da presentarse para presidente de una comunidad, que de un club o de una formación política!. Debe ser como ese señor que siempre le toca la lotería, pura casualidad. El caso que mientras pones a otro, pues ahí me tienes, sin agua, con vientos de 70 kilómetros/hora y saliendo desde con el tractor (tercera opción) desde lo alto de la pendiente, allá a lo lejos, para ver si cuando le dé por frenar o aterrizar caigo de pie, aquí en el pueblo; para que el hijo de quien me da la licencia, ponga contento a su padre, con su risa suelta; para que la mujer desnortada y sin apetito, se eché encima, si no queda más remedio, que de su marido, sobreexcitada por el gran salto del tigre.
Y otro año, más, todo se repite.
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