miércoles, enero 29, 2014

Running y el emergimiento

Será una tarde dura, frio en la cara, desapacibles músculos. Encuentras mil y una excusa para seguir arropado por la inación. Un video de un antiguo jugador querido. Sabios de un juego universal. Exegetas del control espacial. No, hoy no, venciste el frio y ya ¿no?

Ha llovido, ¿nevado?, parece que patinas cuando en realidad deslizas, es el tiempo que te abriga, es la humedad que te besa y ya empiezas a agradecer este pequeño primer momento; porque no durará mucho; pero bueno, hasta las pistas, despacio en tiempo de cierre del Picozo, pero llegas y además ahí estará la familia, la querida familia. Pistas, ¡cuantos años!, claque para alegrar a Ernesto, para rememorar a Felipe, al que no me canso de recordar y si, una vuelta o dos y al redir. Hostías Chechu, no he podido ni esconder, ni mimetizarme, me llevará a un ritmo que me desmayaré. Bueno, todo a un más fácil, este chico es mágico, y yo ingrávido, vueltas para otro mundo posible; ufff, tras vueltas y vueltas, llegaré a casa; pero ya seguro, cambiamos el mundo, si o sí.

Salida de pistas, ¡¡¡que noche!!!, ¡¡¡que gran alegria poder correr!!!, tras el quijote, hormigón para mis ruedas, pero llegaré, navego sin viento, en los salvajes mares del sur, arrobo por su horizontes, por su aguas. Remando llego, descubrí la carrera, para en esa itaca, descubrir los seres posibles.

Y el mago, convirtió la ausencia de viento, por su querer hacer en horizontes atravesados

El hundimiento, o....

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