sábado, noviembre 02, 2013

Si, espera, ¿te vas, sin más?

El jueves me dió la dirección

Me alejaría al campo, soberbio para respirar pájaros que diseñan otoños, entre las copas desnudas de licores de tierra.

Cardaría los campos sedientos con los vapores pesados de ungüentos robados a sus entrañas. Todo, porque estabas tú.

Esta mañana, te has ido, sin avisar, poseido por las largas piernas de la codicia, ¿qué aman?

Te sé contrariado:

Sabes que no, que mi amor no se había entregado a tu potencia aterciopelada en colores celestiales.
Sabes que aquel rojo pony, fue querido hasta la pasión, aún huyendo, aún parado, porque sus últimos años fue cabalgado por impacientes sueños que derribaron muros de agua.

Pero por ello, mis otoños disfrutaban de tus exquisitices, como si fuera el destino de sentir en lo poseido, la potencia que huye del cuerpo explorante.

Esta mañana en tu plaza, no había nada, ni tan siquiera una nota, un último beso.

¿Te dejé en una cruel indefensión?, ¿rejuvenecerás los cuerpos sin mentes?

Crueles destinos me dicen para tus piezas subastadas.
Serán más no ya tú, donde anhelaba traspasar las músicas para germinar en las letras veladas, pero hoy, no estás...



vamos que me han robado el coche
 

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Siameses y mercader

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