Ya no veo los campos correr entre mis alientos
Y yo abrazarme a los impersonales horizontes
que rompen el tapiado estéril ensimismamiento
para soñar las brechas que se abren en opresión
Si, la de míseros incapaces salvados por padres
que bazofían desde sus estercoleros al asesinado
recordado por quienes ahora, por ellos mismos,
siendo, envían la decencia de la sociedad futura
por revivir lo que fueron, dando, seres asaltados
Ponzoñosa vida, agarrada, cuando no, agarrotaba
recibe la bendición de la proclama subvencionada
embrutecidas risas liberadas furias acorbatadas
Os miro tenebrosas; mas soy Conchi para el amor
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